Pablo Motos saca a la luz unas embarazosas fotos de Bárbara Lennie: «¿Qué pasaba ahí?»

Lennie interpreta a Alice Gould, una investigadora que se interna en un hospital psiquiátrico, simulando una paranoia, para seguir la pista de un caso de asesinato en el que está trabajando. Supuestamente. Su compañero da vida al director del psiquiátrico, quien cuestiona la veracidad del relato de la protagonista. «El público tiene que averiguar si realmente va a lo que dice. o si no está muy bien de la cabeza, como yo digo. Por el camino se van viendo distintas situaciones. Quizá yo soy corrupto, o verdaderamente esta mujer necesita ayuda psicológica», explicó Fernández, todavía metido en su papel en el filme.

Sobre la presión de adaptar un clásico de la literatura, la actriz admite que es arriesgado, aunque se lo toma como parte del juego. «No se con qué expectativas irán a ver la película los fans de la novela; creo que es una adaptación muy inteligente por parte del director, Oriol Paulo . Ha cogido la trama y la ha traído a un presente más moderno», apuntó Lennie.

Eduard Fernández también pensaba en un principio que es imposible contentar a todo el mundo. Sin embargo, ha cambiado de opinión al ver el resultado de 'Los renglones torcidos de Dios’ . «Cuando empieza la película creo que la gente se abstrae y entra directamente en ella porque requiere mucha atención del espectador. No le da tiempo a pensar», agregó.

«Tengo que decir que la estáis vendiendo de puta madre», reconoció un impresionado Pablo Motos .

Después de mostrar el ‘tráiler’ a los espectadores de ‘El Hormiguero’, el presentador se dirigió a la invitada con una ‘amenaza’ que no se esperaba. «Tengo unas fotos tuyas durmiendo todo el rato en el rodaje… ¿Qué pasaba ahí?». «Todo el rato no ¿Qué fotos tienes?», reaccionaba Bárbara Lennie, un tanto desconcertada. Enseguida obtuvo respuesta, porque Motos las mostró en pantalla. Eran tres imágenes de la actriz echándose la siesta en el camerino durante el rodaje de la película en distintos momentos.

«Ella es de poco trabajar», apostillaba en broma Eduard Fernández. La aludida justificó que fue un rodaje muy exigente, marciano en cuanto a horarios y acumulaba cansancio. «Todas las semanas empezábamos a rodar el lunes a las 7 de la mañana y en general terminábamos a las 7 de la mañana del sábado. Con lo cual, era bastante fuerte para el cuerpo. Aprovechaba cualquier rato».