First Dates

Una comensal abronca a su pareja por rechazarla: «No quiero quedar mal en mi pueblo»

A Blanca se le veía muy ilusionada con Juan Pedro, pero su decisión final la dejó un poco descolocada

Juan Pedro y Blanca se marcharon de First Dates tan solteros como cuando habían llegado CUATRO

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First Dates se acerca ya a las 600 noches emitiendo desde su restaurante del amor. A Carlos Sobera parece que no se le acaban nunca los solteros con ganas de enamorarse ante las cámaras, y Cuatro ha encontrado un auténtico filón de ... audiencia en este dating show tan peculiar.

Este jueves le tocó estrenar el programa a una pareja de lesbianas muy peculiar , «muy moderna», como se difinió la primera de ellas. Su nombre es Saray, vive en Barcelona, tiene 24 años y es dependienta en una tienda de ropa además de «muy alternativa y muy diferente a todo el mundo ...Soy única y ya está». La barcelonesa, de pelo corto y mechas grises, llevaba todo el cuello lleno de tatuajes. Se sentó a cenar con ella Miriam, una estudiante de publicidad sevillana con el mismo pelo de color grisáceo claro que su pareja. A primera vista parecía que las dos mujeres podían congeniar, pero para Saray los cinco años de diferencia eran muchos años .

Las personalidades de las dos comensales tampoco se parecían demasiado . Mientra que la sevillana era una mujer cordial, extrovertida y fiestera, Saray tiene un carácter mucho más reservado, algo que se notó mucho durante la conversación. «Tiene como una coraza que le impide expresarse », llegó a decir Miriam de su acompañante. Ello no significa que la cita fuese tensa o desagradable, sino todo lo contrario: la conversación fue agradable y las dos chicas se cayeron bien. Pese a todo lo anterior, y contra la previsión que cualquier hubiese hecho, las dos chicas decidieron darse una segunda oportunidad y volver a verse para charlar sin cámaras. «Me ha sorprendido», confesó Saray.

Juan Pedro y Blanca fueron una de las parejas más divertidas de la noche. Los dos superan ya con mucho los 50, y él vive en Madrid mientras que ella es murciana, un obstáculo que desde el principio condicionó la cita. La conversación fue agradable, y a ella se la veía especialmente ilusionada con su pareja . Sin embargo, cuando llegó el final y la hora de decidir, Juan Pedro dijo que tendría una segunda cita con Blanca «como amiga», cuando ella ya le había dicho que sí. A Blanca no le sentó muy bien la respuesta de Juan Pedro y le abroncó diciéndole «al menos dime que quieres tener una segunda cita pero por la distancia no va a poder ser. No me digas que no porque no quiero que en mi pueblo digan que me han dado calabazas y que he vuelto sin haber echado un polvo». Juan Pedro, un tanto confuso, templó los ánimos de la murciana y al final se marcharon tan amigos.

Una comensal abronca a su pareja por rechazarla: «No quiero quedar mal en mi pueblo»

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