TVE estrena 'The dancer', porque «si bailas es imposible no ser feliz»

En el programa producido por Fremantle han participado artistas de todas las edades, de ocho a 74 años , y de un amplio abanico de estilos, individuales y en grupo, profesionales y aficionados. Al casting se presentaron más de 2.500 personas, de las que casi un centenar han cumplido su primer sueño de participar y aparecer en televisión. El escaparate es el primer premio.

'The dancer' es la adaptación de un formato británico creado por Simon Cowell ('Got Talent', 'Factor X') que ha triunfado en el Reino Unido, China y Dinamarca. «Nos apetecía un 'talent' de baile. Fuimos a Londres a ver las semifinales con TVE. Luego no encajó, pero recientemente retomamos las conversaciones y estamos encantados de ponerlo en marcha», explica Mario Briongos , jefe de Entretenimiento de Fremantle, durante una visita a las grabaciones a la que asistió ABC.

Daniel Grande , director del programa, asegura que la respuesta de los bailarines en toda España ha sido «espectacular», pese a la dificultad de organizar las pruebas de selección en este año tan complicado. «Fue sencillo porque había muchas ganas. Tenemos experiencia en otros 'talents' y en este estaban encantados. Hay bailarines de nivel top mundial que vienen con enorme ilusión. Es una gran oportunidad para ellos».

Como presentadores y maestros de ceremonias figuran Sandra Cervera y Ion Aramendi ('El cazador'), mientras que Lola Índigo , Miguel Ángel Muñoz y Rafa Méndez serán los capitanes que deberán disputarse a los mejores a lo largo de las diez semanas que dura el concurso.

Los números sustentan el espectáculo. 'The dancer' se graba en un plató de 1.500 metros cuadrados y los artistas se mueven entre siete escenarios: la recepción, el plató, dos pasillos, uno digital, la sala de calentamiento, la de los alegatos y el exterior del estudio de baile. Como curiosidad, la chica que está en el plató de la recepción, Mariu , era en realidad una redactora de la productora, que nunca había trabajado ante las cámaras.

Pero el protagonista es un imponente espejo que preside el estudio de baile , pieza clave de la mecánica de audiciones. Sus tres puertas motorizadas están sincronizadas con 2500 kilogramos de pantalla y mil más de espejos. El plató está iluminado con 290 proyectores y cuenta con 29 cámaras de última tecnología. Habrá 850 metros de LED escenográfico repartido, entre otros, en 65 metros cuadrados de pantalla gigante para no perder detalle del programa.

Hay 245 personas entre el público, convenientemente separadas, cada una con su botón para poder votar. Si cuando sale un artista lo pulsan más del 75% de los espectadores, el espejo se abre y el concursante se encuentra de pronto en mitad del escenario.

Sobre los capitanes, Mario Briongos explica que «al ser perfiles tan relacionados con el baile, han sido absolutamente entusiastas». «Había la sensación de que ya tocaba hacer algo así». « El espectador medio va a alucinar . En los concursos el mayor miedo es que sea todo igual, pero cada uno de los números es totalmente diferente. Es increíble el nivel de talento que hay en España», añade.

Otra clave es «unir el talento a una buena historia», desvela Daniel Grande. «El baile está en el peor momento ahora y conoceremos las historias de esas personas». «Es el programa de talento más emocionante que pueda haber», asegura Miguel Ángel Muñoz. «Normalmente, las personas que buscan la excelencia renuncian a muchas cosas para poder ser los mejores . Aquí también contamos eso».

Lola Índigo explica que, «de hecho, muchos han salido a la calle para protestar, porque no tienen ni un lugar donde ensayar . Hasta que la cosa mejores, aquí hay un escaparate maravilloso para el talento». Rafa Méndez insiste en que «era un formato necesario». «En este país tenemos un nivelazo de bailarines que tienen que irse de España porque aquí no hay trabajo . Ya no es por la pandemia, sino en general, siempre. Ojalá entendamos la danza de verdad y todo tipo de danza».

La implicación de los capitanes con los concursantes ha sido muy grande. Lola Índigo resalta que con los niños , por ejemplo, lo pasa «fatal». «Me los quiero llevar a todos. Quiero que hagan una edición júnior. Me emocionan especialmente. Están todos comentando lo bien que se lo han pasado, y mientras yo sufriendo un montón». Méndez extrae enseñanzas del dolor: « Sufrir forma parte de esto . Van a entender ese no y que la pantalla no se abra. Les va a venir bien para su carrera y para venir más preparado en otra edición. Lo negativo es bueno, siempre tiene algo muy positivo».

Lola y Rafa tienen un 'pasado' . Ella fue alumna del bailarín en el programa 'Fama revolution', donde tuvieron sus tiranteces, y antes de eso la artista de Granada fue la primera expulsada en su edición de 'Operación Triunfo'. «Vamos a ajustar las cuentas aquí», bromea ella, antes de decir cuánto lo admira: «Ha sido mi referente durante todos estos años». De las eliminaciones coincide con su maestro en que también se aprende. «A lo mejor cuando salen los concursantes pueden pensar que tampoco es tan malo recibir un no, y si no, ya estaré yo con ellos para recordárselo. Al final estos programas son un escaparate muy bueno para el talento, pero el trabajo está fuera ».

Los presentadores también pueden llegar a tener sus discrepancias con los capitanes . «Tenemos nuestros momentos», confiesa Sandra Cervera, «pero es verdad que cada uno tiene su estrategia y lo respetamos». «Y ellos saben un montón», agrega Aramendi. «¿Qué le voy a decir yo a Rafa Méndez? Respeto muchísimo su enorme conocimiento del baile, pero de las emociones sabemos todos». «Cada concursante tiene su punto. Hay gente técnicamente maravillosa, pero luego hay otros con un carisma especial», opina Cervera, que da con uno de los secretos del éxito del formato en otros países y, según esperan, también en España: «Si bailas es imposible no ser feliz».

Aramendi, ex jugador de baloncesto , cuenta que del deporte aprendió «una cosa fundamental, el trabajo en equipo». «Y lo digo yo que era un 'chupón', de los que se tiran la última canasta. Para que veas como soy y las espaldas que tengo, no me importaba fallarla».

El presentador también habla sobre las particularidades de la versión española: «Hemos visto el formato británico y nos ha gustado, pero no te puedes agarrar a él. Tienes que darle tu punto de vista y el público en España es diferente al de Inglaterra . Me pasó igual con 'El cazador'. El presentador británico es un tío muy formal, muy serio, y lo mío es como más salsero. Le damos el toque de Sandra y de Ion. Si uno mola de manera natural, eso se transmite. Es lo que pasa con ella, que mola». «Yo estoy aprendiendo muchísimo. Sé que vamos a recibir críticas, pero serán... bienvenidas», remata ella.