Un comensal deja plantada a su pareja nada más verla: «No estás depilado y hueles mal»

La encargada de romper el hielo este jueves fue Dulce, una mujer de 50 años, afincada en Benidorm y que se gana la vida como cantante y vedette. «Yo soy mucho mejor que Marilyn Monroe y que Rita Hayworth . En primer lugar porque estoy viva y en segundo porque soy más sexy y sensual que ellas», dijo al presentarse dejando patente la alta idea de sí misma que tiene la mujer. Con ella sentaron a cenar a Andrés, un colombiano de 56 años que también vivía de su voz. «Soy un luchador nato , me he ganado la vida desde los 15 años y me considero ciudadano del mundo libre», explicó el hombre. El resultado de la cita fue satisfactorio, y ambos acabaron dándose una segunda oportunidad.

Sorprendió First Dates esta semana de su segundo aniversario llevando a cenar a Félix, un barcelonés de 43 años que perdió la movilidad de las piernas en un accidente en 2001. En su silla de ruedas llegó el catalán al programa y sin ningún complejo se enfrentó a su cita. Su carácter alegre y desenfadado ayudaron a romper los posibles prejuicios con los que pudiese haber llegado Yolanda, una masajista barcelonesa que quedó un tanto sorprendida al ver a Félix en un primer momento. No obstante, su simpatía acabó por ganarla y pasaron una velada de lo más agradable. Pese a ello, Yolanda declinó darle una segunda oportunidad a Félix y cada cual se marchó por su lado.

No faltan nunca en First Dates los personajes excéntricos, ya sean simpáticos y graciosos para la audiencia o auténticos petardos odiosos y arrogantes. Ese fue exactamente el caso de RD, un joven de 23 años con demasiados pájaros en la cabeza: «Yo soy diseñador de moda y mis followers en redes sociales me adoran , lo quieren todo de mí y les mando mucho love. También tengo haters, unos cuantos, pero esos no me importan». Carlos Sobera difícilmente pudo contenerse la risa entre sus declaraciones y su vestuario.

«Mi mayor fobia es la vulgaridad, porque yo no soy normal », siguió el joven, «un jersey low cost no entra en mi armario sino es como pijama o para limpiar el coche, aunque normalmente me lo limpian». Pero RD iba a llevarse un buen chasco cuando vio llegar a su pareja, el murciano y también diseñador de moda Moisés que llegó con un vestido cubierto de globos . «¿Es esta mi cita? Yo me voy porque no estoy interesado en conocerlo. No estás depilado, hueles mal , tienes entradas...Y soy una persona muy superficial y tú no me has entrado por los ojos, así que me marcho».

Eran reales sus intenciones de marcharse, pero Sobera c onvenció a RD de que le diese una oportunidad a Moisés cuando se quitase su traje. Así lo hizo Moisés, pero las cosas no duraron mucho más porque RD no estaba dispuesto a cenar con Moisés: «No me has enseñado tu declaración de la renta , que es lo más importante». Al murciano aquello le pareció una falta de respeto imperdonable, y RD acabó marchándose del restaurante muy cabreado.