«El rey de los cantantes enmascarados», el atípico programa coreano que inspiró «Mask Singer»

Las reglas son las mismas que las de «Mask singer» , la adaptación emitida en Antena 3 . Doce famosos, escondidos bajo unos inmensos y coloridos disfraces, cantan cada semana frente a un grupo de «investigadores» que intentan averiguar, junto con los espectadores, quién se esconde tras cada avatar. Los enfretamientos se producen de dos en dos. El ganador se asegura continuar una semana más en el concurso; el perdedor tiene que enfrentarse al resto de perdedores ya que de este grupo saldrá el eliminado de la noche (elegido, también, por los investigadores y el público presente).

Todos los concursantes son famosos. No acuden al talent para enriquecerse o ganar notoriedad porque no lo necesitan. Para no influenciar a los presentes con su fama o simpatía, ocultan cualquier parte de su cuerpo tras un abultado disfraz . Pero, por más que lo intentan las versiones de Estados Unidos y España , no consiguen acercarse a la rareza del original coreano.

La primera vez que muchos televidentes (españoles y no españoles) vieron un fragmento de «Mask Singer» pertenecía, curiosamente, a la versión original, a la coreana. El actor Ryan Reynolds se puso un traje de unicornio para interpretar una versión melódica de «Tomorrow», una acción que coincidió con el estreno de la segunda entrega de «Deadpool».

La actuación de Reynolds no es lo más llamativo que se puede encontrar con una búsqueda rápida del programa original: de una batalla entre dos Michael Jacksons por «Billie Jean» a una interpretación coral de «Bohemian Rhapsody» de Queen, pasando por una versión muy cómica de «Creep» (Radiohead) de un Ken Jeong («Resacón en Las Vegas») disfrazado como un cerdo dorado.

Los diseños de vestuario de Hwang Jae-geu n no se alejan demasiado de las modas que se llevan Corea del Sur y Japón, y el juego permanente de luces se asemeja al de cualquier concierto de K-Pop que se puede ver en «Youtube» de BTS o Black Pink . Pese a esto, «El rey de los cantantes enmascarados» tiene cierto aire a barato, como si fuese una versión de segunda mano de esos conciertos.

Las máscaras se han vuelto la principal atracción. Jae-geun ha basado sus diseños en ideas cada vez más extrañas: guitarras, baterías, íconos del cine... Todo vale. Pero, mientras más estrambóticas son sus ideas, más baratas y frágiles parecen. Su reducido escenario da la sensación de una producción de menor envergadura que la versión norteamericana, que cuenta con el músculo económico de la cadena Fox detrás.

«Mis máscaras son más simples que las que usan en Estados Unidos o en la versión de Tailandia», dijo el diseñador en una entrevista para el «Korea Herald» en 2019 . «Para nosotros es más importante la música que la parte visual. Si me excediera en los diseños me criticarían por ser demasiado dramático».

Más allá de la versión estadounidense y la recién estrenada versión española, la lista de adaptaciones del programa coreano no para de crecer. Con franquicias en lugares tan diferentes como Bélgica, México, Israel o Hungría, este atípico concurso se ha sabido adaptar para conquistar a todo el planeta. De momento, ya se ha estrenado en 19 países y prepara su llegada a, al menos, otros nueve.