Las calabazas más místicas de la historia de 'First Dates': «No me llega a lo profundo del alma»

Eso sí, a David también le costó un tanto aprenderse el nombre de su cita. «Al nacer me llamaba Margarita , pero después de un viaje iniciático en la India no cabía en ese nombre, por lo que adopté uno que pudiera dar cabida a la dimensión más espiritual y profunda de mi ser», explicó esta ingeniera reconvertida en maestra de reiki tras un año sabático que la marcó.

Las primeras impresiones resultaron un éxito, y las segundas, más aún. Al sentarse a la mesa del restaurante del amor ella desveló que vive en Campello (Alicante), mientras que él reside en Barcelona capital. «Viajo más con la mente que físicamente», aclaró el catalán. Cuando toca tierra, además, trabaja como vigilante de seguridad.

Aditi reconocido en su cita «a una persona muy sensible, con muy poca habilidad emocional y a la vez con un mundo interior muy rico». Para corroborarlo, David detalló un viaje astral que emprendió estando en la cama. En vez de asustarse, a la soltera le maravilló.

Hablando de todo un poco, la alicantina dejó caer que se visto a sí misma en otras vidas. «En India con marido e hijos, también en China, en España… Una vez fui la tonta del pueblo». En la presente se ha convertido en un ‘reset' de todas los anteriores. «He hecho mucha arqueología de mi psique y me he entregado mucho a ayudar a los demás».

David , por su parte, está convencido de que por varias ocasiones fue monje y cura en el pasado. «Se te nota», asintió Aditi . La teoría de la comensal es que «a casi todos los que han sido curas, cuando empiezan a hacerse mayores, se les sale la coronilla». Que es la manera delicada de decir que le clarea el cartón a su cita.

La cena transcurrió con tanta complicidad que acabaron brindando por el futuro y por el «presente maravilloso». Salvo la pasión por los ovnis de David , cuya fascinación Aditi no entendió, por lo demás, ambos afirmaron que les resultó una cena muy agradable charlando de temas que normalmente no encuentran con quién compartir.

Todo parecía fluir hasta que llegó la hora de decidir si repetirían cita. A su manera, la soltera lo mandó a la ‘friendzone’. «Me parece un ser extraordinario, sensible y muy afín, pero no me llega a lo profundo de mi alma».