Ainhoa Arteta reaparece tras estar al borde de la muerte: «Me salvé por los pelos»
Entrevistada en 'El Hormiguero' por Pablo Motos, la soprano ha relatado los graves problemas de salud por los que ha pasado. Ya totalmente recuperada, vuelve a los escenarios
María Robert
Una septicemia estuvo a punto de costarle la vida a Ainhoa Arteta el verano pasado. De hecho, a causa de la grave infección que sufrió, tuvieron que amputarle varias falanges de la mano y el pie. Ese duro trance la ha mantenido ... alejada de los platós de televisión, pero la prestigiosa soprano ya está de regreso. Este jueves ha concedido en ‘El Hormiguero’ su primera entrevista en televisión después de superar sus preocupantes problemas de salud para «celebrar la vida». Y es que la cantante lírica vuelve a subirse a los escenarios muy ilusionada; lo hará con ‘La Bohème’ en el Teatro Marquina de Madrid .
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Gran parte de la entrevista la ha dedicado a contar uno de los episodios más duros de su vida . «Estuve a punto de morirme, pero no me enteré prácticamente hasta después». La causa fue un cólico nefrítico que se complicó. «Me provocó un fallo multiorgánico, me tuvieron que inducir el coma durante cuatro o cinco días. Del coma me salvé por los pelos». Paradojas de la vida, salió adelante gracias a la penicilina, un fármaco al que es alérgica. «Como todos los cantantes y deportistas, me he medicado muchas veces con antibióticos. Entonces, mi cuerpo ha generado resistencia a ellos, así que me moría. Al final fue, o se muere, o le metemos la penicilina y si le da una reacción alérgica muy fuerte se muere también, pero no nos queda de otra», ha revelado.
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Aunque de todo se enteró después. «Cuando me pasó estaba en Puerto Sherry (Cádiz), y me tuvieron que llevar en helicóptero al Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Una de las cosas que más terror nos puede dar a los cantantes líricos es que nos entuben, porque pasa por las cuerdas vocales y es peligroso». Así pues, cuando oyó que habría que entubarla, lo último que recuerda es que agarró a uno de los sanitarios para evitarlo.
Lo siguiente fue despertarse y encontrarse la mano derecha y los pies negros, habiendo perdido varias falanges. «En el coma no sé que medicinas utilizan, pero hacen que no te llegue el riego a las extremidades. Se me salvó la izquierda porque está cerca del corazón y llegaba más sangre», ha explicado la soprano. También le han hecho injertos tanto en las manos como en los pies por la septicemia. Además, ha detallado que le costaba hablar. «Quería decir una palabra y me salía como rara».
De esos 10 días que pasó en una UCI covid-19 ha querido destacar la labor profesionales sanitarios. «En ese tiempo he podido observar cómo están trabajando contra la pandemia. Es inconmensurable el valor de todos los sanitarios y los médicos ante esta situación. Unos vuelos, unas carreras… Increíbles». Por esa experiencia vuelve a hacer hincapié en que «en este país, los auténticos guerreros están siendo los sanitarios».
Su mayor miedo: perder la voz
Además, ha destapado que sus posteriores problemas en la cuerdas vocales fuero provocados por la entubación. «Es tabú, me dicen que no lo cuente, pero hombre si lo voy a contar… Para lo que me queda en el convento…», ha bromeado.
«Es verdad que mi lesión fue por una entubación. Se cerró una de las glándulas que genera saliva y glucosa para seguir lubricando la cuerda. Esto empezó a dar la cara en septiembre, y en octubre me quedé sin voz». Al cerrarse esa glándula, ha continuado, «se estaba formando una especie de quiste de mucosa y cada vez se estaba haciendo más grande porque tampoco podía medicarme para bajar la inflamación. He tenido cuatro operaciones en pocos meses».
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Como una de las «atletas de la voz» más grandes de la lírica española que es, fue en ese momento cuando realmente se asustó. «Cuando vi que había la posibilidad de quedarme sin voz sí que me entró un miedo muy grande». El 3 de noviembre la operaron de la cuerda vocal abierta. El médico le dijo que podría volver a cantar, pero que tardaría en reponerse de seis meses a un año.
Y sin embargo, aquí está de nuevo, a punto reconquistar la escena. «Cantar me sana, me cura. Volver a poder sentir esos grandísimos autores que pasan por mi cuerpo a través de las cuerdas vocales es de las cosas que más aprecio, además de volverme a ver viva», ha reconocido. Con las mismas, ha «cambiado el chip» muchísimo. «Cuando has estado a punto de morirte, la vida se ve de otra manera».
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