Alemania, gran aliada de Israel en Eurovisión: frenó que les echaran este año y amenazan con irse si lo hacen en 2026

La continuidad de Israel ya fue objeto de debate en la edición de 2024, con amenazas de veto hasta instantes antes de la final, y de nuevo en 2025, que se trató en una reunión muy tensa. En ella, la delegación israelí recibió el apoyo de uno de los países del 'Big Five', los fundadores de la UER: Alemania. La televisión pública germana, ARD, advirtió de que si echaban a Israel ellos también se irían y si lo hacen para 2026, lo mismo.

Alemania, que actuó con Abor & Tynna interpretando 'Baller', todo un ejemplo de la música electrónica berlinesa, tuvo un papel clave en las reuniones con la organización, según ha desvelado el periodista especializado Martín Gak en una entrevista con el medio turco Cumhuriyet.

«Mientras varias emisoras se sentaban a la mesa para exigir la expulsión de Israel, los alemanes afirmaron que si se suspendía la participación de Israel, ellos también se retirarían», afirma Gak, citando una fuente interna de la UER.

Hay voces que apuntan a que la continuidad de Israel amenaza la propia existencia del organismo, ya no solo del Festival de la Canción. Sin embargo, que haya sido Alemania su principal defensora es un contrapeso muy importante. Es uno de los fundadores de la Unión junto a Francia, Reino Unido, Italia y España, esta última precisamente una de las que está llevando la bandera de la expulsión de Israel.

Gak, ya desde un punto de vista personal, opina que la UER está actuando con un sorprendente doble rasero con Israel con respecto a Rusia. «Cuando los organizadores de Eurovisión anunciaron que suspenderían la participación de Rusia, dijeron que la participación de Rusia 'dañaría la reputación del concurso' como razón. No era una preocupación humanitaria, sino una preocupación por la reputación de Eurovisión», recuerda.

«Si los rusos fueron expulsados ​​del concurso por cuestiones de reputación, los israelíes han cometido actos mucho más graves con los que ninguna persona sensata querría estar asociada», opina Gak, que deja una cuestión en el aire: «Ahora hay un silencio muy extraño».