Miki llena de color su primer ensayo para Eurovisión en Tel Aviv, con un invitado sorpresa sobre el escenario

En una puesta en escena teatralizada que tiene la firma inconfundible del griego Fokas Evangelinos, el elemento central es una especie de edificio con varios cubículos (habitaciones) donde se encontrarán cada uno de sus cinco bailarines y coristas y que permitirán a Miki moverse por la construcción durante las primeras estrofas. Si destaca algo es que hay mucho color en cada uno de los apartados, con tonos neones morados y verdes, muy parecido a una función de fuegos artificiales.

Pero el elemento sorpresa llega conforme avanza la actuación, una vez pasado el primer estribillo. Una «marioneta gigante» que hace las veces de extra sobre el escenario. Aunque aún quedan que ajustar detalles de cara a la realización, «el inicio es espectacular», y según destacan los compañeros de la web especializada Eurovision-Spain, «lo mejor de la actuación es sin duda Miki» que están, según cuentan, «pletórico».

Pero además, una de las bazas con la que cuenta «La venda» es la parte de «lo que ere» , la más pegadiza y bailable de todas. En ese momento, Miki se acerca al público con una especie de «kiss-cam» (la cámara de los besos americana) con la que enfoca al público en esa parte. Polvos indios y una mini coreografía con muchos ganchos y facilona que anima a los presentes y telespectadores a seguirla.