La ventana indiscreta
Los cuernos de Broncano
No soportamos el verso suelto. Que se lo digan a Mariló Montero, que revolvió a 'La revuelta' hablando de toros y de derechas e izquierdas. ¿No era de todos TVE?
Mariló Montero critica duramente a TVE en 'La Revuelta': «Es un encargo de Pedro Sánchez»
Se nos hincha el pecho hablando de libertades y luego, cuando alguien destaca, caemos contra esa persona con todo. Desentona salirse del carril, y la gente disfruta haciendo sangre con el diferente. Lo de menos es si la lectura te hace bueno o malo en el melón abierto por María Pombo, ... lo que nos hace peores es cohibir, con tanta saña, a quien no tiene miedo a abrir la boca.
Que se lo digan a los editores: no se venden tantos libros en este país como gente ha puesto a caldo a la 'influencer'. El problema de la falta de libertades no tiene que ver con leyes sino con la autocensura, la contradicción entre la persona y el personaje, que diría Íñigo Errejón, lo que pensamos y lo que la sociedad nos dicta que tenemos que pensar porque es lo correcto. ¿Lo correcto? Qué demonios es eso. Ese mal endémico ya lo denunciaba en el siglo XVII Quevedo: «¿No ha de haber un espíritu valiente? ¿Siempre se ha de sentir lo que se dice? ¿Nunca se ha de decir lo que se siente?». 'Haberlos, haylos', pero cada vez menos.
Mariló Montero critica duramente a TVE en 'La Revuelta': «Es un encargo de Pedro Sánchez»
La periodista es una de las concursantes de la décima edición de 'Masterchef Celebrity'
Es un hecho: no soportamos el verso suelto. Que se lo digan a Mariló Montero, diana de los zurdos por ir a 'La revuelta' y revolverlos a todos hablando en la televisión pública de tauromaquia y de derechas e izquierdas. ¿No era de todos TVE, David Broncano? Solo un poco, o hasta que te pongan los cuernos con el resto. No, si al final el arte va a ser teñirse el pelo.
Por eso me gustó la falta de escrúpulos de la protagonista de la serie 'Dying for sex'. Le diagnostican un cáncer terminal y en vez de hacérselo más llevadero a los demás decide, por una vez, mirar por ella.
Fuera vergüenzas, fuera complejos. «¿Qué me van a hacer, matarme? Ya me estoy muriendo», dice con sorna su personaje en la serie de Disney+. El humor, como el valor, a veces solo entiende de causas perdidas. La historia, protagonizada por Michelle Williams, está basada en la de Molly Kochan, a quien tras anunciarle el cáncer de mama metastásico y achicharrarle las venas con la quimioterapia le dio por encender la llama del sexo. Dejó a su marido, con quien llevaba casada 15 años, y comenzó a explorar su deseo. Luego, sin miedo al qué dirán, lo contó todo en un pódcast, del que sale la serie. Puestos a morir, que no sea de ganas, que al menos eso tiene remedio.
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