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Televidente

El ruido y la furia

«Tal vez la historia de la cultura sea lo que va de la fiesta a la arqueología, de la celebración a la reverencia»

Una promesa incumplida

La sala de Las Meninas del Museo del Prado Matías Nieto Koenig
Bruno Pardo Porto

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Ahora se estrena una película con toda la parafernalia publicitaria de marquesina y autobús y alguien pregunta: «¿Y en Netflix cuándo?» Se han acortado tanto los tiempos entre la pantalla grande y la no tan grande (teles enormes en pisos pequeños, nuestro sino) que cada ... vez quedan menos argumentos para volver a las salas, aunque sobreviven los importantes: la diferencia entre un cine y un salón es la que hay entre un bar y una cocina, entre la vida y la supervivencia. El ocio no se define en términos de comodidad, sino de placer, que no es lo mismo aunque a veces se confunda. Por eso la barra es una trinchera todavía, y la butaca una ventana por la que entra el viento, la música de palomitas, los cuchicheos, los dramas y las risas, en una experiencia multisensorial de la que el ruido es parte sustancial, a pesar de los ceños fruncidos y los cuellos altos. El cine, a veces lo olvidamos, no nació como séptimo arte sino como espectáculo circense, como celebración del movimiento. ¡Se mueve, se mueve!

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