Televidente
Odio y turrón
«Hay gente que odia la Navidad como hay gente que odia el verano: hay poca gente para tanto odio»
La desaparición de las cosas
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Iniciar sesiónHay gente que odia la Navidad como hay gente que odia el verano: hay poca gente para tanto odio. Claro que ves el telediario y cuesta empatizar con nuestra especie. Es todo tan fingido que parece 'El show de Truman', pero en invierno y con ... chocolate caliente y Mariah Carey de fondo y forma. Abel Caballero dijo en Antena 3 que ella juega en la liga de Nueva York, pero que «todo se andará». Solo faltaba escucharla saludando en gallego: ¡boas noites, Vigo! Lo de las luces navideñas es ya una batalla perdida, como la competición por ver quién tiene el árbol más grande. «Si Vigo tiene el árbol más alto del mundo, Badalona tendrá el más alto del universo», soltó Xavier García Albiol, alcalde de Badalona y némesis de Caballero, en un arreón zapateril. El concurso, por cierto, lo ha ganado Cartes, en Cantabria, un pueblo de seis mil habitantes con un árbol de sesenta y cinco metros. Hitos de la gestión pública, siempre a lo importante. Aunque son migajas si lo comparas con Óscar Puente. La democracia es triste.
Menos mal que Suchard ha estrenado un anuncio para abrir la veda del turrón y recordarnos que existen otras formas de empacharnos. Es la historia de una pareja de abuelos que miran una foto antigua y se preguntan si lo han hecho bien, y entonces empiezan a recordar esas cenas con nietos, hijos y un perro: una prole alrededor de la mesa, riendo, brindando y demás verbos felices, en un tono muy de 'Up', si le quitamos el drama y le ponemos celofán. No tienen la televisión encendida, porque para qué quieres el ruido ajeno teniendo el propio: lo mismo puede decirse de la inteligencia artificial, para qué queremos su turra si de turra humana vamos sobrados. Estamos inventando al pesado de la barra de bar.
Por lo visto al anuncio le han reprochado que muestre una familia demasiado perfecta, que es como reprocharle la belleza a Úrsula Corberó: pues no mires. El caso es amargarse para defenderse y repetir: yo también estoy bien. Ya. Puestos a reprocharle algo al vídeo podríamos empezar por el eslogan: «La vida es lo que pasa entre Navidad y Navidad». No nos podemos olvidar del verano. Los días eran más largos. Hacía calor. El Congreso estaba cerrado y nosotros tranquilos.
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