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TVEO

La monja contra el algoritmo

Los ocho capítulos de 'Mrs. Davis' son un compendio extraordinario de tontería, absurdo e ideas brillantes

Ojalá tener un cuerpo de lagartija

Una imagen de 'Mrs. Davis'
Rosa Belmonte

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Monjas en la tele. A ver. Las de 'Llama a la comadrona', la de la serie española 'Hermanas' (un reparto tremendo, con Ángela Molina, Pilar Bardem, Amparo Valle o Chus Lampreave). En el cine, ya que cito a Chus Lampreave, la locura almodovariana de ' ... Entre tinieblas'. Y volviendo a la tele, pero a la de hace mucho tiempo, 'La monja voladora'. Que Sally Field no llegó a la tele para hacer 'Cinco hermanos'. La monja voladora no era monja levitadora a lo Teresa o Hildegarda von Bingen. La hermana Bertrille, que estuvo en las pantallas de la ABC de 1967 a 1970, y lanzó la carrera de Field, volaba aprovechando la combinación del viento, la toca con alas (un poco como Dumbo) y lo poco que pesaba. Ella misma lo explicaba: «Cuando la sustentación más el empuje es mayor que la carga más la resistencia, cualquier cosa puede volar». También una monja. Sally Field y su monja voladora (una chica de Chicago en un convento de Puerto Rico) se convirtieron en el hazmerreír de los humoristas de la época. Ella lo recordó hace pocos años en el programa de Oprah Winfrey: «Se convirtió en una gran broma. Bob Hope y todos los demás cómicos se burlaron del programa, y yo no podía distinguir la diferencia entre los chistes sobre la hermana Bertrille, mi personaje, y los chistes sobre mí. Fue profundamente humillante. Me sentí denigrada como persona». Sin que existiera internet.

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