Televidente
Apología de YouTube
«Muchas de las mejores entrevistas que he escuchado esta década están ahí, hechas con pocos medios, pero con libertad temática y temporal»
Perdió el tiempo mientras duró
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Iniciar sesiónCinco años después de la pandemia hay quien está preocupado por las mentiras de un grupo de supuestos pseudomedios y no por las que difundió el poder, posverdades y realidades alternativas por las que aún nadie ha pedido perdón en este país: dime a quién ... señalas y te diré quién eres, o al menos a quién te debes; dime qué olvidas y te diré quién recuerda.
En esta cacería del bulo, que tiene algo de 'La escopeta nacional', pero más triste y larga y aburrida, YouTube ha venido a ser algo así como un nido de nuevos fascistas. Preocupadísimo, el Gobierno salió en diciembre a decir que había que incluir a los 'youtubers' en la nueva ley de derecho de rectificación, que sigue su trámite, y que permitirá pedir explicaciones a los usuarios con más de cien mil suscriptores por su contenido. Mientras tanto, el mensaje de que lo que ocurre en esa plataforma es peligroso ha calado, y ya parece que ahí solo suben vídeos empresarios anarcoliberales que quieren bajar los impuestos para quitarte tu sanidad, te la ofrezca Muface o la Seguridad Social, y jóvenes ultra con los bíceps marcados que no creen en lo público como a un público muy concreto le gustaría.
He leído demasiadas veces que YouTube jalea el conspiracionismo, que los algoritmos se cargaron la democracia y que la crisis de la prensa es la crisis de Occidente. Son afirmaciones perezosas, además de estériles a estas alturas. YouTube se diferencia cada vez menos de los periódicos online: hay de todo y sin demasiados filtros. Este acercamiento se selló cuando varias cabeceras ('El Plural', 'As', 'Público', '20 Minutos'…) difundieron el bulo de que en un evento patrocinado por Jordi Wild El Xokas había hecho el saludo nazi: Jordi Wild lo desmintió en su canal, riéndose de lo fácil que había sido su victoria. Primero el periodismo perdió las grandes audiencias, y ahora, intentando recuperarlas, está entregando su credibilidad. ¿Con qué autoridad señalamos ahora a Youtube, a nadie?
A YouTube, creo, le debemos una apología. Muchas de las mejores entrevistas que he escuchado esta década están ahí, hechas con pocos medios, pero con libertad temática y temporal. La última que me iluminó se la hizo Álvaro Bernard a Alejandro Rodríguez de la Peña, catedrático de Historia Medieval y sabio en fondo y forma. Dura hora y media. Eso solo lo encuentras ahí.
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