Una revisión de los años 90

De parecida forma, esta serie mira los 90 con nuevos ojos. Todo era machista, todo victimizó a Rocío: la atroz franqueza de la suegra, el bofetón de su padre, las lenguas del qué dirán… Hasta Telecinco, decidida a cambiar (y reexplotar su archivo), hace autocrítica de sus 'Crónicas' y 'Qué Me Dices'.

Este juicio a los 90 forma parte de algo más amplio. Rociito busca contar su verdad «para seguir viva», un acto terapéutico, pero también se persigue la muerte civil de Antonio David y su condena judicial. Convergen sus intereses con los de la cadena. Para que se reconozca el maltrato y la justicia 'recapacite' es necesario el nuevo feminismo. La materia prima del relato es reinterpretada políticamente. Telecinco aspira a convertir este programa en un hito feminista, y si 'La Manada' dejó en el ambiente el 'yo sí te creo' y el 'solo sí es sí', aquí se parte de ahí (nadie pone en duda ni formalmente lo dicho por ella) para llegar a otro lugar: el reconocimiento de la 'verdad forense', la violencia silenciosa, «cambiar el paradigma de los jueces». La violencia ya no es un hecho físico concreto, sino un discurso. Así lo dicen: «el discurso de la violencia». Una 'toxicidad' constante que toma varias formas.

Telecinco se apoya en las psicólogas, que junto a las periodistas feministas revelan un nuevo dolor y causalidades antes invisibles. Con esas nuevas lentes, los 90 son un horror. Al final de esa década, sin embargo, Belén Esteban se hizo una estrella siendo 'víctima'. España se solidarizó instintivamente con la novia engañada, la nuera agraviada, la madre coraje, sin necesidad de informes. Con Rocío Carrasco no está del todo claro que suceda, pues son las mujeres las que más se resisten, pero el salto que va de una a otra ya explica la época.