Parrillada mixta
Zoom, el ballet
A tres años del estado de alarma, quedan los expertos
Laura Valenzuela, la estrella que lo dejó todo por amor
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Iniciar sesiónCumplidos ya tres años del encierro pandémico que desembocó en el Palacio de Hielo de Madrid –plaza de toros de la Misericordia para Margarita Robles–, con reses de la ganadería Sánchez, encaste Zapatero, mansos con mucho peligro, queda en la pantalla, a modo de ... residuo de lo que fue aquella excepcionalidad, la figura del experto, imprescindible desde entonces para entender el tejemaneje chinesco de un equipo que durante la alarma se movió entre las sombras y recurrió a la fantasmagoría de un sanedrín cuyo anonimato protegía a sus miembros y cuya palabra fue endiosada, a la altura bíblica, por lo profético, de la zarza que arde y no se consume. Estamos vacunados de espantos, pero en la tele se han quedado a vivir los expertos, empleados de hogar que teletrabajan y se conectan a través de Zoom para mantener vivas la llama del crematorio y la puesta en escena del encierro.
Zoom era el nombre del ballet con que Lazarov , paleoantropólogo al que debemos la primera resurrección de Laurita Valenzuela , anticipó en los setenta los ejercicios de lo que hoy conocemos por pilates. Zoom es ahora la herramienta con que los telediarios abaratan costes, conectan con las fuentes del saber para darse lustre y completan la uberización de la economía audiovisual con la más escasa escenografía domiciliaria, reflejo de la pobreza habitacional y el entorno eremita de nuestra era. De aquellos expertos que pastorearon el encierro de la ganadería Sánchez, encaste Zapatero, estos sabios. Si los primeros no existían salvo en la estrategia sanchista del lavatorio antivírico de manos, los segundos adquieren la corporeidad por elevación. El anonimato es el mismo: los conocen en su casa a la hora de comer.
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Confluyen así en la pantalla la vulgaridad callejera de quienes son encuestados a salto de mata y a punta de micrófono y la altura moral de los jueces, profesores, emprendedores, médicos, testigos de cualquier cosa y tribunos de toda laya y plebe que a demanda de unas emisoras que buscan credibilidad en la paraciencia hacen de su casa un plató. Tenemos expertos con nombres y apellidos, el ballet Zoom , pero a los que seguimos sin conocer de nada, seleccionados en función de los mismos criterios que el sanchismo utilizó para legitimar sus titulares. Por lo vicario: lo que nos digan, lo que nos bailen.
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