El cierre interseccional

Es todo eso Chappelle, pero ¿es realmente ‘incorrecto’? ¿Escandaloso? Chappelle es el gran cómico de la interseccionalidad o que viene a restaurar el orden en ella. Es como el Gran Padre Negro de la Comedia poniendo las cosas en su sitio a los nuevos cómicos y cómicas feministas, gais, lesbianas o trans, y lo hace desde un punto de vista que no es contrario, sino superior: soy negro. No solo soy más gracioso, es que soy negro, y soy más gracioso porque soy negro, y todos vuestros argumentos lacrimógenos me los sé y los desmonto en su profunda incoherencia privilegiada.

Es un combate de humor, pero alimentado por una especie de legitimidad de quien observa los movimientos LGTBIQ como algo esencialmente blanco. Por eso, Chappelle, aunque sostenga algún juicio actualmente arriesgado (’el género es un hecho’) es un cómico interseccional que, si bien recuerda que el asunto final de todo es la humanidad, la lucha por una experiencia humana (la historia de su amiga trans), habla desde una comunidad líder en ‘opresión’: «Amigos LGTBIQ, no hablaré más de vosotros, pero no deis más golpes bajos a mi gente» . Y su gente son los negros del mundo del espectáculo cancelados por deslices verbales con gais. «Tiene menos consecuencias matar a un negro que herir los sentimientos de un gay», dice, e insiste: «Los gais son minoría hasta que necesitan volver a ser blancos».

Su mensaje es un alegato contra la cancelación dentro de una postura comprensiva con las minorías, en tanto minoría: yo, cómico y voz negra, podría cancelaros a todos. Paremos esto. Y para sellar la paz, como un canuto compartido, ofrecería un chiste de Mike Pence, blanco que reza, o, mejor aun, el del negro liberto que se hizo esclavista, ejemplo de que un oprimido puede oprimir y de que hasta en la opresión hay clases.