Aitor Albizua: «Hay hueco en la tele para 30 minutos de cultura amable»

Hay que ser valiente para estrenar un programa coincidiendo con el tramo final de los Informativos y el inicio del programa de Pablo Motos, que son los más vistos cada día...

Al no ser una decisión que he tomado yo ni siquiera he pensado si es valentía o qué... Sé que es una franja complicada y que recientemente también se han intentado proyectos que se han tumbado a las pocas semanas [en referencia a 'Cuentos chinos', de J. J. Vázquez]. Es una hora rara en el sentido de que son las segundas partes de algunos informativos, empieza 'First Dates', 'El intermedio', 'El hormiguero'... Creo que aun así, pese a todo, hay un sitio, un huequecito para media hora de cultura amable y entretenida. Yo confío en que enganche como antaño enganchó en las sobremesas.

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¿Cómo fue la primera vez que entró a ese mítico plató?

Yo era un niño cuando se estrenó y no lo pude ver, pero cuando me propusieron hacerlo, sí vi la versión de Elisenda Roca y empecé a ver que no era un concurso cualquiera, sino que era una institución, es historia de la tele.

¿Cómo se ha visto en el nuevo formato?

Llevamos unas treinta entregas grabadas... así que una vez que tienes interiorizada la mecánica, el reto está en convertirlo en algo simpático y que no sea un concurso encorsetado, sino que tenga su gracia y su amabilidad.

¿A qué se debe que triunfen tanto los concursos?

Creo que, por un lado, los concursos descongestionan las parrillas de las cadenas, yo mismo he dejado de ver muchos programas de actualidad por la energía que me transmitían a nivel de contenido, que dicen que todo va mal y que todo es un desastre; entonces, de repente, esa luz, ese momento de simpatía, llega por los concursos. Y ahí también entra el tema del encorsetamiento que te comentaba, que los concursos conectan con la gente. Muchos espectadores agradecen ver a alguien que podría ser perfectamente su primo presentando un programa. Y ahí está la cosa de que a los presentadores de ahora no nos conocen ni la mitad de la mitad que conocían a los de antes, ahora somos más famosos de nicho.

¿Cómo lidia un periodista con la fama tan de golpe?

No lo llevo mal, pero sí es algo a gestionar el hecho de sentirte observado en muchas situaciones de la vida. Muchas veces me pregunto cómo lo harán los famosos de verdad... Lo lleva mejor mi familia, porque tienen claro que esto es un curro más, y yo también soy consciente de que en un futuro puedo no estar aquí.