La prueba más «cochina» de «Supervivientes»

Del dúo triunfador se pasó al trío devorador que ambos formaron con Avilés , el concursante con el que tuvieron que compartir el premio por decisión de la organización. La recompensa consistía en dos bandejas con churros y una olla de chocolate, un banquete de colesterol a devorar en solo 120 segundos. Dos de ellos ( Hugo y Barranco ) tenían que zampar con los ojos cerrados, guiados por el tercero, a la sazón Avilés . Se enredaron a comer, y lo hicieron como leones tras una semana sin ingerir un gramo de carne. El asunto dio juego (sexual). «Esto es lo que pasa siempre en los tríos», sentenció Jorge Javier Vázquez (JJ) desde el estudio ante aquel intercambio de líquidos y grasa. « Barranco pide churro», continuó divertido.

Fue, sin duda, la prueba más cochina de «Supervivientes 2020» , pues los concursantes quedaron hechos un asco. Y aún hubo más, y para más. Después se le concedieron 30 segundos al resto para poder hincar el diente a lo que había quedado, que era un buen montón. «Parece una piara», exclamó muerto de la risa JJ desde el estudio. Clavó la definición.

Elena acabó con varios churros en la boca, y chorreando chocolate.

A   Rocío le quedó un resto de chocolate en un pecho. Rosa María , la mujer de Ortega Cano , lamió sin dudar. Y después no duda en lanzarse a su cuello, donde también había restos de «cacao maravillao». Lo que hace el hambre. Y en la isla hay mucha.