Vicky Luengo es 'Reina Roja': «No voy a hacer la Antonia Scott que está en la cabeza de todos los lectores»

—Encarnas en pantalla a la persona más inteligente del planeta, literalmente.

—Me parecía uno de los retos más difíciles que me habían ofrecido hasta ahora. Es un personaje muy difícil de interpretar. He intentado trabajar de la manera más humilde posible. Hablando mucho con Juan [Gómez-Jurado], Koldo [Serra], Amaya [Muruzabal], Hovik [Keuchkerian]… Intentando hacer mi interpretación de esto. Evidentemente, por mucho que yo quiera, o sufra, no voy a hacer la Antonia [Scott] que está en la cabeza de todos los lectores porque es absolutamente imposible. Yo estoy haciendo la mía con toda la humildad y la intención de que llegue y de que guste. Con oficio, perseverancia, trabajo. Como preparo todos los personajes, la verdad. Al ser un personaje basado en la inteligencia, he intentado escribir monólogos internos en las secuencias para que llegue, como que ella está por dentro pasando cosas que no están ocurriendo fuera.

—Mucha gente pensaba en ti para este personaje. ¿Qué hay de ti en Antonia Scott y qué no se corresponde?

—No se corresponde la inteligencia, para empezar. Es imposible. Uno de los trabajos que más estoy haciendo con Antonia es conectar con la vulnerabilidad. Me parece que era una cosa indispensable en su personaje. Es alguien que tiene un gran don, pero también un gran dolor. No hay que actuar ser inteligente. Es como actuar ser el malvado. He buscado la grieta de ella, su dolor, su miedo, de dónde viene su culpa. Y a través de todo eso, construir algo que llegara a lo profundo de ella. Hay días que me sale mejor y días que me sale peor.

—Te has leído las tres partes. No siempre sabe uno qué le va a pasar al personaje. Recibes el guión del primer episodio, de la mitad de la temporada... Tienes la ventaja de saber qué le depara al personaje. ¿Eso cambia?

—Yo no. Yo me he olvidado de eso. Cuando tienes demasiada información…, te pones a avanzar cosas y a hacer cosas que las haces porque las sabes, pero en realidad el personaje no lo sabría. Yo me he olvidado incluso de la novela. Todos nos hemos olvidado de la novela. Porque al final, en la adaptación hay cosas… Había días que decía 'Oye, pero en la novela' y me decían 'Ya, Vicky, pero hay cosas que pasan en la novela que no pasan en el guión y cosas que pasan en el guión que no pasan en la novela'. Hubo un momento en que me empapé de la novela, saqué una libreta entera de apuntes y después de eso aparqué la novela para trabajar con el guión y las secuencias escritas en el guión. Porque, si no, te haces un cacao…. Además, acabas avanzando cosas que no hay que avanzar. Te adelantas.

—Toda adaptación es una traición, dicen.

—Claro. Bueno, a veces lo es y a veces no. Yo creo que Juan [Gómez-Jurado] está muy contento con la adaptación. Él la ha supervisado. Era muy difícil adaptar esta novela y lo han hecho muy bien.

—¿Algún cambio o algo que entre los lectores será polémico, motivo de enfado…?

—Yo no lo sé. No te puedo predecir. Hay mucha gente que va a flipar y mucha gente que se va a enfadar porque cualquier cosa que haces en este país, y en todos los países, la mitad lo odian y la mitad lo adoran. A mí me encanta hacer proyectos que no dejen indiferente. Aspiro a hacer cosas que provoquen algo en el espectador. Espero que 'Reina Roja' entusiasme a mucha gente y si a mucha gente no le gusta, pues ya les pido disculpas desde aquí. Lo estamos haciendo con todo el amor e intentando que eso no ocurra. Doy por sentado que eso va a ocurrir, me parece bien, pero no voy a pensar en eso porque, si no, nos morimos aquí.

—Nos han puesto un 'clip' donde te hemos visto volar por los aires. Escenas de acción, los suicidios...

—No soy yo la que vuela por los aires. Parezco yo, pero no soy yo. Las escenas… todos los suicidios los he hecho yo. Eso ha sido muy duro. Fueron dos días de rodaje muy intensos, colgándome de los arneses… Acabé con dolor de espalda muchas semanas… A nivel anímico era muy duro porque al final estás 48 horas, dos días enteros, rodando tú, 'suicidándome', y al final emocionalmente mi cuerpo no sabe que soy actriz y cuando llegas a casa, tu emocionalidad no está bien. Fue muy divertido rodarlo. Lo de la pistola… esto es muy divertido. Yo pedí hacer lo de la grúa. Lo entiendo. Son 6 meses de rodaje. Vengo casi todos los días a rodar. Si me hago un esguince en el pie, se para el rodaje y no nos podemos permitir eso. También porque me cuidan mucho. Me habría encantado volar.

—¿Cómo es trabajar con Hovik?

—Es muy majo. Es un actor generosísimo. Muy buen compañero. Tenemos una manera de trabajar muy similar. A mí me fascina porque hay pocas series donde la pareja protagonista no tenga tensión sexual. Me encanta porque en esta serie no hay tensión sexual. Es una historia de amor, pero de otro tipo. Es tan guay hacer una serie donde no exista tensión sexual entre los protagonistas; que no digo que esté mal, pero ya lo he visto tantas veces…

—Ahora estás con 'Reina Roja'. Siempre se habla de 'Antidisturbios'. ¿De qué otras series estás muy orgullosa y dices: 'Eso que hice ahí ahora me está dando sus frutos. Estoy aquí por esto'?

—Es una mezcla de todas. Yo he trabajado muchísimo en muchísimas series de televisión y muchísimas obras de teatro. Estoy aquí por todas ellas. Yo no estoy aquí exclusivamente por 'Antidisturbios'. Si yo en 'Antidisturbios' no hubiera hecho todas las series que había hecho antes, 'Antidisturbios' no lo habría hecho así de bien. No estoy aquí por una serie concreta, ni siquiera por 'Antidisturbios'. Estoy aquí por las 500.000 obras de teatro que me he comido haciendo teatro 'amateur', en las 500.000 series que me he comido haciendo un personaje secundario… en los 500.000 'castings' que me han dicho que no… las 500.000 veces que me han dicho: 'Eres demasiado fea, [tienes] demasiado poco pecho, demasiado baja, demasiado poco famosa…'. Todo eso ha contribuido a que esté aquí hoy. Tengo una suerte que te cagas, pero esto no es la cumbre de nada, ni el inicio de nada; es una consecuencia de un trabajo de muchísimos años, que son todos los trabajos que he hecho, no uno.