Sara Molina, María Fernández en 'La Promesa', desvela el origen de su personaje y los refranes

Pero parece que el viento sopla a favor de la doncella, empecinada en casarse con Salvador (Mario García), tras descubrir una buena cantidad de dinero escondida en un maletín (de Vera, que sí que no con Lope).

Para Sara Molina, 'La Promesa' ha sido su primer gran proyecto televisivo ('Los espabilados', 'Los favoritos de Midas') tras graduarse hace cuatro años en Interpretación Textual y participar en varias obras de teatro. La actriz, en una entrevista con 'Diario de Sevilla', explica que el ritmo de grabación es tan frenético que aprovecha los fines de semana para descansar (excepto este último, que estuvo de casa rural con sus compañeros de reparto).

Molina asegura que su personaje está 'un poco' a expensas de los guionistas. «María está instalada de nuevo en la casa, todo parece que va bien. Viene de la cueva de haber sido secuestrada, de haber sido acusada de ladrona cuando todo era falso. Está irritable, por supuesto y parece que las aguas van a volver a su cauce», avanza. Ya saben cómo funciona 'La Promesa': tras la tempestad viene la calma.

«Pero después puede pasar que me secuestren de nuevo. Todo eso me motiva, cada día sabes que en la ficción te va a pasar algo diferente. A María Fernández le cabe todo lo que le eches», añade Sara Molina, cuya mejor referencia para prepararse el personaje es –libros, series y películas ambientadas en la época aparte– su abuela, que también sirvió en una casa: «Cada vez que voy a verla, ella me recuerda frases que decía, como alteraba los refranes, 'y dale Perico al torno', 'más feo que Picio', para incluirlas en el guion».

La actriz villacarrillense asegura que lo mismo que sucede y se cuece en la ficción, en la planta baja del palacio –los cuchicheos sobre los patrones–, ocurría en la realidad décadas atrás. El cotilleo como salvación, como alivio. «María es un personaje muy vivo, muy revoltosa. Ella es consciente de que si puede rascarle algo a la vida, lo hará, aunque se meta en un lío, como pasó en la fiesta en disfraces y Jana se queda ojiplática porque María está como una cuba», explica Sara Molina, que se deshace en elogios hacia compañeros como Joaquín Climent y María Castro.