Griselda Blanco, la temida traficante de cocaína que metió en el negocio a Pablo Escobar
Se estrena en Netflix 'Griselda', la nueva serie de Sofía Vergara quien encarna a la peligrosa criminal de la mano de los creadores de 'Narcos'
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Iniciar sesiónHan pasado tres décadas desde su muerte y, sin embargo, es difícil no haber oído nunca el nombre de Pablo Escobar. Un hombre que llegó a amasar una de las mayores fortunas del mundo en los 80 gracias al tráfico de cocaína y hoy convertido en todo un icono de la cultura popular. ... Sin embargo, no todo el mundo conoce la historia de la sanguinaria mujer que puso a Escobar de pie en el negocio del narcotráfico: Ana Griselda Blanco. Para su remedio, de la mano de Netflix, se estrena este viernes 'Griselda', miniserie que adapta la vida de quien fue conocida como 'La madrina de la cocaína'.
La plataforma continúa una saga que empezó con 'Narcos', la serie más vista de 2015 y que tuvo su continuación en 2018 con 'Narcos: México'. Ahora, 'Griselda' recoge el testigo de contar la historia de grandes traficantes de cocaína, como la de Escobar o 'El Chapo' Guzmán, desde la perspectiva del propio criminal, aunque esta vez se trata de la biografía de una temible mujer, Griselda Blanco, a la que da vida la también colombiana Sofía Vergara.
Andrés Baiz y Eric Newman, encargados también de las partes anteriores, resumen en seis capítulos la epopeya de Blanco, quien abrió las vías de tráfico ilícito de cocaína desde Colombia hasta EE.UU. Gracias a una amplia red de contrabandistas y sicarios montó un emporio con la venta de droga en los círculos más pudientes de la sociedad estadounidense de los años 80. «Al único hombre al que le he temido es una mujer llamada Griselda Blanco». Esta frase atribuida a Pablo Escobar hace idea de los métodos sanguinarios de la narco, que en muchas ocasiones no distinguían amigos de enemigos. Por su presunta participación en el asesinato de varios de sus maridos se ganó el infame apodo de 'La viuda negra' y se cree popularmente que por lo menos a uno de ellos lo mató con sus propias manos.
La Blanco a la que encarna Vergara -con ayuda de maquillaje y prótesis que desvían el aspecto de la conocida actriz hacia uno mucho más oscuro y afeado- es una mujer inteligente y fiera, verdadero tormento para sus enemigos y competidores pero leal y cariñosa con los suyos. A pesar de la crueldad que envolvió a la narcotraficante en vida, sus creadores se toman varias licencias creativas para mostrar su faceta más humana, con una trama que cuida mucho no romper la empatía del espectador con la protagonista, como ya ocurría en 'Narcos'.
Quien a hierro mata
Y es que la vida real de Blanco no es apta para todo el mundo. Nacida en un barrio humilde de Medellín en 1943, con tan sólo 11 años participó de su primer secuestro y asesinato, según cuenta la periodista Jennie Erin Smith en el libro 'Cocaine Cowgirl', donde también detalla una infancia plagada de abusos de todo tipo por parte de su padre, entre otras personas. Diez años después, ya estaba casada con su segundo marido, Alberto Bravo, y comandaba desde Nueva York el negocio de la droga a medias con él, hasta que lo acabó matando sin que haya acuerdo de los investigadores en el motor real del crimen. Según Erin Smith, en 1975, durante una estancia de vuelta en Colombia, conoció a un joven delincuente llamado Pablo Escobar y decidió meterlo en su organización.
Poco después, en 1978, dio a luz a su hijo con el sicario Darío Sepúlveda, al que llamaron Michael Corleone por la simpatía de Blanco con el personaje de 'El Padrino'. Hace pocos días se conoció la noticia de la demanda de varios hijos de la narcotraficante presentada contra Netflix por el uso no autorizado de su imagen y la de su familia.
El imperio económico que amasaba la colombiana en la década de los 80 se traducía en una vida llena de todo tipo de lujos y excentricidades, desde consumo desenfrenado de su propia mercancía hasta fiestas y orgías en las que alardeaba de sus crímenes. Fue así como el 17 de febrero de 1985, la DEA arrestó a Blanco en su casa y fue declarada culpable de tráfico de cocaína y autora de tres cargos de asesinato en primer grado, que pagó con más de 20 años de cárcel. Tras su salida no quiso continuar en el negocio y vivió una vida discreta en su Medellín natal, hasta que en 2012 un hombre la disparó varias veces en la cabeza en plena calle -un método muy similar a los que su banda acostumbraba- en lo que se cree que fue un ajuste de cuentas. Allí encontró su final la vida de la mujer más importante de la historia del narcotráfico.
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