Ebon Moss-Bachrach, el primo de 'The Bear': «Si no estoy trabajando, me deprimo»

Claro que su personaje ya no es el tipo explosivo que fumaba más que trabajaba. Pisó el freno, levantó la cabeza y encontró algo de lo que se le escapaba echando espuma por la boca a cada rato. Descubrió un propósito y ahora recoge el resultado: la sensación de vivir sabiendo qué camino elegir y no la de dejarse arrastrar por la vida como si estuviera perdido. Eso sí, aunque ahora su Richie sea más elegante y esté más calmado, afirma que el principal problema de 'The Bear' sigue siendo el mismo: «Hay demasiados cigarrillos». Y alerta sobre la nueva entrega, que estrena Disney+ el 14 de agosto en España: «Cuando hay tanta presión, pueden volver los malos hábitos. Richie está luchando por mantenerse en su nuevo yo y no volver al antiguo y tratar mal a la gente».

Aunque se desarrolla en una cocina, lo de cocinar es lo de menos. En la serie, creada por Christopher Storer, lo de más son las penas que empachan y las comidas de Navidad que encogen el alma. El estrés es más pesado que la grasa pero resbala menos y la ansiedad aprieta más que los números, que a veces no salen. La presión bulle y la angustia, existencial, está afilada y corta, pero la herida no se cura ni se tapa. Se sigue siempre hacia adelante, los problemas se arrastran. Pero 'The Bear' es una comedia. O al menos así la catalogan en los premios Emmy, en los que es la gran candidata. Así que también hay humor, pero es negro como el tostín de un plato quemado. Las gracias sientan como un limón. Por muy buen regusto que deje, nadie puede evitar la mueca al probarlo. «La vida tiene muchos matices, a veces es triste y otras es divertida. En la serie pasa lo mismo. La escritura televisiva ha evolucionado tanto a lo largo de los últimos veinte años que es absurdo etiquetar 'The Bear' como una comedia o como un drama. Es ambas cosas», sentencia el actor.

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Moss-Bachrach ganó gracias a su papel en esta serie su primer Emmy, pero, al contrario que Richie, sigue siendo el mismo que cuando empezó en esto. «Ningún premio me ha cambiado. Nadie se ha convertido en un monstruo ni nada similar», ríe. Sí le paran más que antes por la calle, pero el mérito, aduce, es por el trabajo de todo el elenco. «No me interesa la fama, solo el trabajo. Que ahora me reconozcan más es solo una prueba de lo mucho que gusta la serie. No se trata de mí», sugiere. Sí hay algo más en lo que se parecen Richie y el actor. Uno encontró en la cocina la autoestima que perdió tras el suicidio de su amigo Michael y, para el otro, su trabajo también es una vía de escape. «Me encanta mi trabajo. Si estoy uno o dos meses sin trabajar, empiezo a deprimirme. El ser humano está destinado a trabajar, creo que es bueno, nos da un propósito. Para mí, desde luego, es muy importante».

Por eso, más allá de 'The Bear', hay una puerta que se abre. En esta ocasión, en Marvel, donde será La Cosa, el rocoso superhéroe de los Cuatro Fantásticos. «Mi joven yo estaría emocionado. Me ha hecho recordar mi niñez, cuando la imaginación era tan importante. Va a ser como cuando jugábamos al 'Hacer creer', corriendo por ahí con tus amigos. Espero tener una experiencia similar», confiesa. Y ríe, quizás porque se imagina cómo será trabajar siendo una piedra.