Hay vida más allá de «Patria», «Antidisturbios» y «Veneno»: las otras series españolas

Una temporada final a la altura : «Mira lo que has hecho». La tercera temporada de la comedia de Movistar+ creada por Berto Romero está al nivel de la primera y de la segunda, o sea, excelente. El cuarto episodio, encima, cierra su particular trilogía sobre la infancia de su pareja protagonista ( Eva Ugarte nunca estuvo mejor) y sobre cómo se conocieron. Se da un aire a la anterior y británica «Catastrophe» (también en Movistar+ y muy buena), pero la nuestra es mejor.

Un regreso que sí cumplió : «El Ministerio del Tiempo». Terminaron de rodar en febrero, pero la pandemia pospuso el estreno de una cuarta temporada que recuperaba a su emblemática pareja de funcionarios, Julián ( Rodolfo Sancho ) y Amelia ( Aura Garrido ). Pero el romance protagonista fue el de Pacino ( Hugo Silva ) y Lola ( Macarena García ), a quienes los guionistas reservaron los últimos minutos. Javier Olivares & cía zurcen una compacta tanda de ocho episodios a pesar de la limitada disponibilidad de sus intérpretes. Tras tres años de parón, no deshacen el camino, sino que lo rehacen. Se permiten incluso un episodio –el quinto– de pura ciencia ficción con el amor como máquina del tiempo.

Un regreso que decepcionó : «Vis a vis: el oasis». Convertir una anécdota en una historia de ocho capítulos es peligroso; más que sus bandidas protagonistas, Macarena ( Maggie Civantos ) y Zulema ( Najwa Nimri ). La cuarta temporada de «Vis a vis» acabó con un esperanzador pero irreal vistazo al futuro y una escena poscréditos con estas dos archienemigas robando un banco a punta de peluca. «Oasis» era, en cierto modo, una reparación a los fans, pues actrices/personajes compartieron muy poca pantalla durante la época de Fox. Pero su equipo de guionistas metió mucha morralla –pedofilia, acoso escolar– y, a pesar de querer distanciarse de su antecesora, los mejores momentos apelan a tramas pasadas como la conversación telefónica entre Maca y su hermano Román ( Daniel Ortiz ). Demasiadas tramas paralelas y líneas temporales.

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Un quién te ha visto y quién te ve . «Perdida». No cuesta nada ver el primer episodio de una serie española y menos si es de Antena 3. La presentación de «Perdida» no aportaba nada nuevo al género «chica desaparecida», excepto por la abogada Angelita a la que interpreta Adriana Paz . Pero en el último minuto de su primera hora, la serie reconfigura su premisa con una revelación. Daniel Grao parece ser el protagonista de este thriller sobre un padre encarcelado y vengativo que va a toda pastilla entre Valencia y Bogotá, pero sus guionistas expanden y expanden su cartel de personajes y la red de conflictos. Tiene el mejor villano (o sea, el más divertido) de esta cosecha y unos personajes femeninos que acaban comiéndole la tostada a los masculinos.

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Una que podría haberse salido del molde : «Néboa». Lo mejor de este thriller de TVE sobre una «chica desaparecida» era su escenario, la Galicia carnavalesca, pero el elemento sobrenatural es una pista falsa. Su trío de guionistas viene de la televisión gallega, pero los códigos que emplean son de anteriores títulos nacionales como «Presunto culpable» : un sospechoso por semana y secretos a punta pala. Que tan solo sean ocho episodios impide que la fórmula se agote de todo y el desenlace tiene algo que decir sobre las maternidades.

Una a la que han sido fieles sus espectadores : «HIT». Puede que la turca «Mujer» haya sido la serie más vista en abierto este otoño, pero la española más vista ha sido esta de TVE y Bambú Producciones con más de 1,5 millones de espectadores. Repite Daniel Grao como protagonista –un profesor que no se aplica el cuento– y la selección de chavales y dramas es lo suficientemente atractiva para los espectadores adultos y adolescentes. Sorprendente selección musical con un Grao que se arranca a bailar Vetusta Morla e Izal sin mucha justificación (para algo fue gogó).

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Una que no se merecía la polémica : «Drama». Sobre la serie de Dani Amor para Playz (RTVE) se habló cuando se emitió en TV3 después de que la consejera de Cultura de Cataluña se quejara de que los personajes hablasen en catalán y castellano. Pero para absurda, en el mejor sentido, la premisa de esta comedia de seis episodios sobre una joven nini que, antes de abortar, busca al padre para compartir marrón. Muy estimable la inclusión del alzhéimer y de un canarión Ignatius Farray como padre-desastre.

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Una de cal y otra de arena : «SKAM España». La noruega siempre será mejor, pero la adaptación española a cargo de Zeppelin para Movistar+ logró personalidad propia a partir de su segundo curso. Lo inesperado es que su tercera temporada, con Nora ( Nicole Wallace ) como protagonista, fuera la mejor al introducir un nuevo y maquiavélico personaje que no existía en la original. Se habló sobre la diferencia de clases del grupo de amigas y, sobre todo, del amor tóxico adolescente. Supo mantener la tensión hasta el último minuto. Sin embargo, la cuarta y última tanda, con la musulmana Amira ( Hajar Brow n ), se desinfló tras un arrollador comienzo.

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Una con los mejores cameos . «Señoras del (h)AMPA». De la serie original de Telecinco, Amazon solo estrenó la primera parte de su segunda temporada. Pero sus siete episodios –de recortada duración por orden de la plataforma–son suficientes para asegurar que se mantiene el nivel de la primera temporada. Pilar Castro como reportera carroñera está divertidísima y se lleva las mejores frases lapidarias, pero el premio a mejor evolución se lo lleva el personaje de Anabel ( Ainhoa Santamaría ) como Relaciones Públicas de las protagonistas, que pasan de víctimas a verdugas. Pero lo más sabroso son sus cameos: Verónica Forqué a lo suyo , Teresa Rabal ... Su cocreador, Carlos del Hoyo , ha hablado de una tercera y final temporada.

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Una adaptación que no aporta nada nuevo : «Mentiras». Uno de los objetivos de un remake es hacer más familiar una premisa a un público. Pero en tiempos de plataformas resulta incomprensible que Atresmedia apostara por un copia y pega de la británica «Liar» para Atresplayer Premium. La serie, sobre una cita que acaba en violación (o no), está bien acabada y todos sus actores hacen su trabajo. Eva Llorach y Susi Sánchez se merecen más y mejor. La traducción sí gana en sutileza.

Una merecida renovación sin confirmar : «La unidad». Movistar+ estuvo a punto de descartar «Antidisturbios» para no estrenar dos series policíacas un mismo año. La de Sorogoyen & Peña se ha llevado los elogios, la polémica y las nominaciones, pero la de Dani de la Torre & Alberto Marini es igual de entretenida –más frenética– y tiene papeletas para continuar. La plataforma presumió de números y dejó caer que habría secuela.

Una olvidada que se estrenó hace un siglo : «El embarcadero». Su segunda y última temporada se estrenó en enero y no cambió ni una coma de la primera. Es lo que tiene rodar 16 episodios de golpe. El juego de las líneas temporadas –tan potente al inicio– se agota antes de llegar a la meta e incluso desactiva la tensión de un desenlace a lo «Thelma & Louise». Irene Arcos , como la aventurera Verónica, aquí es un «sí» y el misterio es un «no». Da igual: es una marranada muy entretenida. ¿Cómo hubiera sido sin el factor thriller ?

Una que ni fu ni fa : «By Ana Milán». De anécdotas no vive un periodista al montar un texto, pero tampoco un guionista. Y en esta serie de Buendía Estudios para Atresplayer Premium hay demasiadas... Gustará a las fans de La Milán, pero los diálogos dejan que desear y las tramas no son tan disparatadas. Pilar Bergés , como amiguísima de la protagonista, es lo más entretenido junto a cazar en los exteriores a transeúntes con mascarillas.

Una que acaba como empieza (mal) : «Madres». Servidor reconoce haber visto con gana los 26 episodios de una hora y cuarto cada uno. Sorprende lo regular que actúan algunos de sus mejores intérpretes (aquí, Irene Arcos es un «no») y el efecto «trankimazin», a pesar de las incontables tragedias que ocurren en este hospital materno infantil. Lo del accidente de avión es un cruce entre «Médico de familia» y «Anatomía de Grey». Asustan también los tipejos (y tipejas, aunque menos) que hacen la vida imposible a otros personajes. Si el primer episodio le gusta, toda suya.

Una menos novedosa de lo que presume : «La valla». A los de The Good Mood, que vienen de Globomedia, se les da bien mezclar costumbrismo español con ciencia ficción. Ahí está «Estoy vivo» (TVE), cuya cuarta temporada llegará durante la primera mitad de 2021. Pero en esta distopía de Antena 3 pesan más los roces entre dos familias –la rica, la pobre– que su escenario: un futuro en el que un virus sí hace distinciones de clase.

Una que sufre en la mitad : «Los favoritos de Midas». A la creación de Miguel Barros y Mateo Gil para Netflix le fallan tres cosas: el romance entre su pareja protagonista, el empresario ( Luis Tosar ) y la periodista ( Marta Belmonte ); el cambio radical de él y el ecuador de una miniserie de solo seis episodios. El final es un «sí».

Una que va por libre : «#Luimelia». Aunque la segunda temporada pueda decepcionar a los fieles de su pareja protagonista por interesarse por otros personajes, la primera tanda es una perfecta comedia romántica con el suficiente drama. La tercera se estrena en Atresplayer Premium en enero y ya se habla de una cuarta. Los diez minutos por episodio le sientan como un guante.

Dos que han acabado tras las Campanadas : «Dime quién soy» (Movistar+) y «Física o Química: el reencuentro» (Atresplayer Premium). Irene Escolar lo da todo en la adaptación de la novela de Julia Navarro , pero esta miniserie de nueve episodios está en tierra de nadie y no será por la de países que recorre su protagonista-veleta. Hasta los créditos entran pronto y van a toda pastilla. Visual y sonoramente exquisita. Lo de la secuela de «FoQ» es pura ciencia ficción (una «feministra», un dibujante para Marvel, una jefa de supermercados, etc.) y pura nostalgia Tuenti. La serie juvenil de Antena 3 acabó en 2011, pero para algunos lo hizo en 2010, así que una década sí computa para ponerse moñas. Además, están todos cañón (menos uno) y sigue habiendo salseo entre profesores y alumnos.