«Veneno»: una conversación pendiente
La ficción creada por Los Javis ha obligado al espectador medio a enfrentarse a preguntas incómodas como: «¿Tratamos bien a la Veneno?»
La serie ya se puede ver en Estados Unidos y Latinoamérica a través de HBO Max
Fotograma de «Veneno»
Hace cuatro años que no vemos a Cristina Ortiz , y casi un mes desde que terminó la emisión de «Veneno» . Pero la conversación que han provocado les ha prevalecido. La emisión de la serie creada por los Javis ha levantado ampollas (y ... no solo las de Paca la Piraña por revivir algún episodio que hubiese preferido no recordar), pero también ha servido para mostrar la cara más humana de un colectivo al que, asegura el periodista Rubén Serrano, se ha recurrido en demasiadas ocasiones para «provocar una burla, mostrar un asesinato o hablar de prostitución».
«Se trata de una serie hecha con mucho cariño que refleja la realidad de muchas mujeres transexuales que no tenían mas remedio que ejercer el trabajo sexual para sobrevivir. Además, es muy positivo que haya contado con actrices transexuales para interpretar a los personajes ya que sirve para integrar laboralmente a personas transexuales en este sector», razona Cristina Jiménez, secretaria de Aet-Transexualia. En abierto la vieron más de dos millones de personas; en la plataforma, no se sabe. Su primer capítulo congregó una media de 2.543.000 espectadores con un 14,9% de cuota de pantalla, según datos facilitados por Atresmedia; el segundo subió hasta un 18,9% de cuota de pantalla media con 2.389.000 espectadores.
«Veneno» conseguido.
Visibilidad necesaria
«Creo que tenemos que hacer una ficción donde los personajes LGTB no se centren en que son LGTB sino que las tramas sean otras. Esa es la parte más integradora en realidad. También es guay que veamos estas historias y las conozcamos y tal».
«A veces me da miedo que estemos viviendo un espejismo y me gustaría que las actrices que hemos descubierto en la serie Veneno luego puedan seguir trabajando y eso será sinónimo de que hemos evolucionado audiovisualmente hablando. Es cierto que en España a veces damos pasos para adelante, y luego los damos para atrás. Pero de pronto cogen actores y actrices trans, pero de pronto ponen a una actriz o a un actor con peluca a hacer de chica trans y dices: "joder, ya estamos yendo otra vez para atrás"», Abril Zamora.
El ejemplo que se viene a la cabeza es Alba, interpretada por Víctor Palmero, en «La que se avecina». «Hay que entender el proyecto que tenemos. 'LQSA' es como 'Padre de familia', todo cabe. Tratamos todo desde la comedia. Lo único que puedo decir es que pongo todo el cariño que puedo. Si de alguna manera a alguien le ayuda, estaremos satisfechos. No pretendemos ser ejemplo de nadie, queremos divertir», dijo el actor en la presentación de la última temporada de la serie.
«A mí la transexualidad me define tan poco como ser rubia, pero estamos en un momento en el que tengo la suerte de tener esta visibilidad y lo intento normalizar e intento incorporar a perfiles LGTBI. No sería necio por mi parte ocultar quien he sido porque es justo para la gente pequeña que está viendo en su casa que vea alguien con quien pueda sentirse identificado», explica Abril Zamora a este periódico durante la presentación de «La vida por delante», película en la que comparte reparto con Sophia Loren.
«Otras series como "Cuéntame como pasó " añadió el personaje de "Angie" que reflejaba la realidad y la problemática de una chica transexual a final de los años ochenta. Desgraciadamente algunos problemas a los que se enfrentaba el personaje de "Angie " se siguen produciendo en la actualidad», Jiménez.
«Cristina y Valeria, una paralelismo, cómo era antes y ahora. No solo a nivel legal, el abrazo de la madre a Valeria, hace falta un referente así de positivo a las personas trans. Que no todo sea llanto. Un relato de supervivencia», Rubén Serrano.
«Evidencia la necesidad incidencias que sufrimos y romper ese tabú. Sigue siendo muy invisible, nos sucede, pero no porque no está constantemente encima de la mesa. Las agresiones se quedan en anécdotas en los medios, no se profundiza», Rubén.
«Las denuncias han crecido pero no sabemos si es porque se denuncia más o porque hay más casos. A nivel mediático si que hay esta espectacularización de la víctima sin poner el ojo en los responsables, estas palizas, agresiones y acoso. Al mismo tiempo, las redes permiten visibilizar mucho más estas agresiones, se habla ahora más a nivel testimonial. El reto de los medios es humanizar», añade el periodista.
Una asignatura pendiente
Aún hay mucho camino por recorrer para que este colectivo deje de ser un colectivo en riesgo de exclusión social. «Las artes escénicas es una herramienta muy útil para integrar y lograr a que tengamos una sociedad con menos desigualdades y evitar el sufrimiento de muchas personas que no tienen la culpa de haber nacido con ésas circunstancias».
«Pues se podrían hacer series o películas reflejando la problemática que tiene nuestro colectivo para sobrevivir todos los días, como la integración laboral, la integración en los centros educativos, la situación de las personas transexuales inmigrantes que no pueden acceder a una documentación acorde a su imagen hasta obtener la nacionalidad, la relación en su entorno familiar, social, amigos y pareja etc. La realidad de los menores transexuales también, su entorno familiar, como están integrados o no en los centros educativos», explica Jiménez. Pero la asignatura pendiente va más allá.
R: «Un producto como Veneno lo que hace es que se nos cara de vergüenza por como hemos tratado a las mujeres trans, la persecución que ha sufrido, ha sido histórica y deleznable. Tratada como un circo, no como persona, objetos de burla. La Veneno, Pose es dignificar la vida trans. Era un chiste, anecdótica, en ficción una excusa para burla, un asesinato o prostitución. No hay un relato positivo. Perpetuar esta marginación soleil, Veneno rompe de una . Señalarnos esto es lo que hemos hecho con las mujeres trans durante las últimas décadas»
En el aniversario de la muerte de Cristina Ortiz, «Sálvame» decidió rendirle homenaje. Puede que las intenciones fuesen buenas, pero el resultado no agradó a casi nadie.
«Bajeza moral absoluta. No estamos rentabilizando nada de la Veneno, no estan hablando de la conversación del momento. Cristina ortiz, han tirado de ese fondo de hermana, no por su género, sin sensibilidad ni empatía y demostrando que está muy anclado a nivel social este relato despectivo y de burla y de parafernalia hacia las mujeres trans. Hacer eso en el aniversario de su mujer dice mucho humanidad y empatía», Rubén Serrano.
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