El trabajo invisible tras la ficción española

La 'marca España', que en los últimos años ha recorrido como la pólvora las plataformas, ha dado lugar a catálogos repletos de ficciones de temática diversa y hechas casi a medida del consumidor: bélicas, médicas, políticas, históricas o basadas en una época determinada... De estas últimas, precisamente, existen buenos ejemplos en los últimos meses: 'Inés del alma mía' , 'La cocinera de Castamar', 'La templanza' o, en el panorama internacional, 'The Crown' o 'Los Bridgerton', el estreno más visto de la historia de Netflix. La emisión de una ficción histórica cuyos hechos no corresponden con la realidad despierta, a menudo, un debate recurrente que divide como pocos a la audiencia española: ¿Debe una serie o película reflejar fielmente los hechos?

El escritor e historiador del arte Roger Bastida ha sido uno de los responsables de que 'La templanza' , producida por Boomerang TV, refleje con fidelidad la época en que se ubica el drama romántico. Con años de profesión a sus espaldas, el experto asegura a ABC que «la mayoría de series en nuestro país no dispone de asesor histórico», algo que no ocurrió en la ficción protagonizada por Leonor Watling y que queda reflejado en varios detalles de la serie, como las minas de México de las que el mismo Bastida localizó unas imágenes cruciales para la escenografía. «Está claro que la trama es lo más importante, pero hay errores muy gordos que pueden cargarse una producción entera», asegura. Bastida diferencia, además, entre dos tipos de ficciones históricas: las que no venden rigurosidad, como 'Los Bridgerton' , y aquellas que «se venden como rigurosas pero no lo son». «Lo malo es vender el rigor como un valor de marca cuando ni siquiera se contrata a un asesor. Es una tomadura de pelo al espectador», asevera.

Bastida aclara, no obstante, que a pesar de la necesidad de esta fidelidad hacia los hechos es lógico que haya flexibilidad en las historias: «No hay que olvidar que son ficciones y hay que inventar situaciones, conversaciones...Pero hay detalles que no influyen en eso y que no deberían perderse por el camino, como el vestuario o la peluquería», destaca. «No soy ningún intransigente con la creación y sé que hay temas en los que el guionista no puede hacernos caso en beneficio de la trama. Por ejemplo, el hecho de que las mujeres lleven casi siempre el pelo suelto en este tipo de narraciones cuando, en realidad, a lo largo de la historia ha sido poco habitual ver señoras sin el pelo recogido», explica el experto.

El guionista Paco Mateo se embarcó en un trabajo colosal al documentar 'Inés del alma mía', la serie basada en la novela homónima de Isabel Allende y que está disponible en Amazon Prime. Ni Mateo ni los responsables de la ficción que protagonizan Elena Rivera y Eduardo Noriega querían que nada quedara al azar y no escatimaron esfuerzos a la hora de buscar la rigurosidad en la historia. Varias de las arengas que vemos en la serie, explica Mateo, han sido sacadas de manuales originales sobre el comportamiento en el siglo XVI. También el lenguaje se cuidó al extremo gracias al trabajo de dos profesores de Filología que supervisaron los diálogos para que no resultaran «demasiado actuales ni demasiado pomposos», aclara Mateo. «No podíamos convertir la serie en una clase de lenguaje castellano del siglo XVI» , explica a ABC el guionista de 'Inés del alma mía', quien asegura que todo cuanto aparece en la ficción está absolutamente documentado ya que, además, contó con una asesora de lujo, la propia Isabel Allende.

El proceso de documentación de la serie, relata Paco Mateo, comenzó mucho antes de la elaboración de guiones y se prolongó durante el rodaje. «A mitad de escritura, casi con la historia terminada, descubrimos que en Santiago de Chile se habían encontrado unas ruinas del edificio administrativo inca que nos hicieron cambiar parte de lo escrito», explica. También el vestuario se cuidó al detalle. «Sabíamos que era importante que Pedro de Valdivia y su compañero llevaran una espada roja bordada para diferenciarse del resto de soldados. Se trata de pequeños detalles que vas incluyendo en el guion para dar rigurosidad a la historia. Luego, durante la emisión, siempre habrá alguien que criticará y puntualizará que eso se representaba de otra manera», reflexiona.

Existen, dice el guionista, aquellos a los que denomina «puristas de wikipedia», críticos en Twitter que conocen la historia a grosso modo y deciden vilipendiar la serie «tras haberse leído un resumen de internet». Como deja patente con el magnífico trabajo realizado en 'Inés del alma mía' , Paco Mateo asegura que «la ficción es ficción» y que las tramas no pueden supeditarse a determinados detalles históricos: «Mi intentción con la serie fue que la gente no se aburriera y, de paso, aprendiera un poco sobre la conquista de Chile».

Como el señor Lobo en 'Pulp Fiction', el documentalista es un solucionador de problemas nato que debe saber de todo y, además, tener suficientes contactos para resolver cuestiones fundamentales de la trama en cuestión de minutos. Gemma Obón , actualmente documentalista en 'Estoy vivo', que emite La 1 , asegura que su trabajo consiste en ser una persona todoterreno que proporciona visos de realidad a la ficción y detecta aquellos fallos de guion que restan verosimilitud a la trama. «Debo resolver desde si un corazón humano cabe en una caja de medidas determinadas a cómo fabricar armas caseras o averiguar el precio de una gallina en el siglo XVII», apunta la documentalista de Globomedia. «Los documentalistas somos también la memoria de la serie pues, a veces, los equipos de trabajo cambian cada temporada y debemos recordar tramas, datos concretos de personajes...», explica. En nuestro país, además, este perfil profesional tiene la tarea de tirar por tierra muchos mitos creados por la ficción americana. «Series como C.S.I. nos han enseñado que el policía suele bajar al depósito de cadáveres y ver las autopsias, eso no ocurre en España», bromea.

Aunque el trabajo varía en función de la serie, Gemma Obón explica a ABC que el documentalista debe estar disponible las 24 horas todos los días de la semana. «Las dudas pueden surgir en cualquier momento y tienes que estar lista. No somos asesores específicos pero debemos tener las herramientas y los contactos necesarios para acceder a la información que se pida: datos médicos, policiales, legales...». En 'Estoy Vivo', puntualiza, el equipo de guion cuenta además con un asesor del Cuerpo Nacional de Policía para recrear con fidelidad los dispositivos policiales de algunas de las tramas.

Como Roger Bastida, la documentalista de Globomedia reconoce que su trabajo es, en muchas ocasiones, inútil en aquellas situaciones en que la narración manda. «Aportamos la información, pero no decidimos qué se hace con ella. Cuando ves una serie y piensas que las cosas no ocurren así en la vida real es porque han pasado dos cosas: no ha habido documentalista o sí ha habido pero no se le ha hecho caso debido a criterios de guion. Mucho trabajo se queda en nada, pero es parte de la profesión. La ficción es ficción y es muy difícil adaptarse a la realidad», concluye.

Resulta curioso que la figura del documentalista sea cada vez más escasa pese al innegable auge de producción nacional en las plataformas. «No todas las series utilizan documentalista», afirma Gemma Obón. «Hace años prácticamente todas las ficciones tenían este perfil, pero es una figura que ha ido quedando relegada de un tiempo a esta parte, supongo que por motivos económicos», lamenta la experta.

Para Bastida, sin embargo, la ausencia de este perfil se debe más a una «ausencia de compromiso con la ficción» que al dinero. «En EE.UU. está muy extendida la figura del 'showrunner', una persona muy comprometida con su proyecto personal que revisa al milímetro cada uno de los fotogramas. Es algo que ya ocurre en España en algunos casos, pero no en todos. En Movistar+, por ejemplo, hay series de autor muy destacables, como 'Arde Madrid' o 'El día de mañana' , ficciones con nombre propio y cuyos responsables han ejecutado un trabajo perfecto de principio a fin».

Además de las mencionadas, Bastida señala 'Carta a Eva' , dirigida por Agustí Villaronga, como un ejemplo de buen hacer en cuanto a rigurosidad histórica. La miniserie, protagonizada por Julieta Cardinali, Ana Torrent y Carmen Maura, recrea el viaje de Eva Perón a España y es, en opinión del historiador, «una clara muestra de cómo hacer las cosas en esta profesión». Gemma Obón señala asimismo el camino marcado por 'Cuéntame cómo pasó' a la hora de poner en el foco el trabajo del documentalista. «El equipo hace un trabajo magnífico que se adapta a la perfección a los guiones, sería absurdo mencionar otra producción cuando 'Cuéntame' ha marcado el camino para muchos de nosotros», señala.