Series y terrorismo: cuando la amenaza yihadista reescribe la ficción
«El Príncipe» y «Homeland» se basan en la realidad, pero a veces se adelantan peligrosamente a ella
H. CORTÉS
Un grupo de quinceañeras, entre las que se encuentra Nayat, son engañadas por una célula de islamistas radicales, que las convencen para dejar su tranquila vida en Ceuta y unirse a los yihadistas que combaten en Siria. Aunque este podría ser el arranque ... de cualquier noticia relacionada con redes terroristas de captación de jóvenes, es en realidad una de las subtramas de «El Príncipe» , una de las primeras series españolas que abordó directamente esta temática. Después llegaron «Los nuestros», que contaba la odisea de un grupo de operaciones especiales que tenía la misión de salvar a dos niños secuestrados por grupos salafistas en Mali. En el ámbito internacional, ficciones como «24», «The Grid», «Quantico» o «Homeland» y la polémica «The State» ,también se lanzaron a abordar la que es desde el 11S una de las amenazas más presentes en Occidente. Realidad y ficción se retroalimentan y entrecruzan en la pequeña pantalla, con límites cada vez más difusos.
«Tuvimos un momento de duda al principio, pero el tema del yihadismo ya estaba en las noticias, aunque no tenía tanta presencia como ahora. Vimos que la realidad de un barrio como El Príncipe era un filón dramático », explica Aitor Gabilondo, uno de los creadores de la serie de Telecinco, que no ha dudado en hablar no solo de redes de captación de jóvenes, sino también de amenazas inminentes de atentados en Andalucía e incluso de un intento frustrado de volar un autobús turístico en Ceuta. « El paralelismo con la realidad siempre nos sorprendía, porque parecía que nos adelantábamos a lo que ocurría. En tono de broma, decíamos que teníamos un topo del Daesh en el equipo. Tras los últimos atentados de París cruzamos algunos mensajes de Whatsapp, porque se parecían a algo que ya habíamos escrito y rodado, lo que nos dejó con una sensación muy extraña. Pero no nos planteamos cambiar nada», añade el productor, que no ha recibido quejas ni presiones, pese a lo espinoso de los asuntos que tratan.
Aunque la realidad constituya una buena base dramática, siempre es algo arriesgado acercarse demasiado, al menos en el tiempo. Los ataques en la capital parisina sí «obligaron» a otra ficción que habla abiertamente del terrorismo, «Homeland» , a realizar algunos ajustes en su quinta temporada, ambientada en Berlín. « Tras los crímenes en Francia, decidimos hacer algunos cambios en los capítulos que aún no se habían emitido. Volvimos a escribir una escena e incluimos alguna línea de texto en la que Allison decía ?Nadie quiere ver otro París?», asegura Alex Gansa, «showrunner» de la ficción. Con el fin de no herir susceptibilidades, y por la cercanía de su emisión con los atentados, en España la ficción se emitió con un aviso para el público: «Las imágenes pueden herir la sensibilidad del espectador».
Más allá de las posibles similitudes entre situaciones televisivas y auténticas, «la realidad siempre supera la ficción», sostiene el experto Manuel González Hernández, teniente coronel de artillería y profesor especializado en temas yihadistas en la Escuela del Ejército. «Antes del 11 de septiembre, había muchos atentados y no se conocían tanto. T ras los ataques de Nueva York creció el interés en estos temas, que luego decayó, exceptuando el 11M, y hace un par de años ha vuelto a renacer», apunta el analista. Desde su experiencia, que incluye varios meses destinado en el barrio de El Príncipe (Ceuta), se nota que este tipo de series están bien documentadas, aunque como cualquier producto ficcionado también incluyen licencias dramáticas para adecuarse a los gustos de la audiencia. «No es un reportaje, pero muchas de sus tramas están muy centradas e incluyen muchos elementos reales », confiesa. Algo que no es de extrañar si tenemos en cuenta que en el caso español cooperaron con los creadores de «El Príncipe» y «Los nuestros», organismos como el CNI o el Ejército, respectivamente.
Quien pueda ver en esta documentación un peligro para la seguridad, puede estar tranquilo, al menos por parte de los servicios de inteligencia españoles. « Del CNI se cuenta lo esencial , y luego nos basamos en crónicas periodísticas», cuenta Gabilondo. «Desafortunadamente, la maldad no tiene límites y las ideas de los terroristas ya están ahí. Aunque cojan algún elemento o vean que en una serie se prende fuego a una gasolinera, por ejemplo, seguro que a alguien ya se le ha ocurrido eso o algo parecido antes», añade González.
Mientras la amenaza yihadista permanezca, las series seguirán bebiendo de estas experiencias, «porque son temas que interesan a la gente», reconoce el productor de «El Príncipe». Por este mismo motivo, Gansa cree que la próxima temporada de «Homeland» reflejará de un modo u otro estas preocupaciones. «La realidad en sí misma no basta, la ficción requiere más elaboración . Sí es cierto que hoy en día las barreras entre realidad y ficción se han difuminado, todo lo vemos en pantalla», concluye Gabilondo.
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