«El prisionero» cumple 50 años: la serie de la que aprendieron «Twin Peaks» y «Perdidos»

El 6 de septiembre de 1967 , hace 50 años, se estrenó en primicia en Canadá el primer episodio de una serie británica llamada «El prisionero». Aquella ficción, protagonizada y creada por Patrick McGoohan , contaba con una premisa sencilla pero sumamente atrayente: un hombre (McGoogan) despierta un día en la que parece ser su habitación para después darse cuenta de que se encuentra en un misterioso pueblo en el que no existe escapatoria alguna (una extraña critatura lo custodia...). El intérprete insufló vida a «Número Seis», un exagente secreto del gobierno británico que es secuestrado y encarcelado en dicho pueblo. En cada episodio, su protagonista intentaría escapar de una manera o de otra.

¿Les resulta familiar la historia? Películas y series como « Blade Runner » (1982), « Twin Peaks » (1990), «Expediente X» (1993), «El show de Truman» (1998), «Matrix» (1999), «Alias» (2001), «Perdidos» (2004), «Battlestar Galactica» (2004), «Fringe» (2008), «Persons Unknown» (2010), «Wayward Pines» (2015), «Mr. Robot» (2015) y «Westworld» (2016) beben directa o indirectamente del modus operandi de «El prisionero». Por ejemplo, J.J. Abrams , creador de «Alias» y «Perdidos», confesó que ambas series tenían elementos de la mítica ficción de los sesenta. Ha sido tal la herencia creativa que incluso en 2009 contó con un desangelado remake , protagonizado por Jim Caviezel , Ian McKellen y Ruth Wilson .

«El prisionero» fue un híbrido entre el thriller psicológico, la ciencia ficción (desde el cambio de cuerpos hasta la figura del doppelgänger pasando por la realidad virtual), el misterio y el género de espías, en boga gracias a la franquicia cinematográfica de James Bond (a McGoohan le ofrecieron el papel antes que a Sean Connery ) y un contexto contemporáneo que daba pie a este tipo de historias: la Guerra Fría. Precisamente McGoohan provenía de haber protagonizado otra serie de espías, la archiconocida «Cita con la muerte» (bautizada en versión original como «Danger Man» y «Secret Agent») entre 1960 y 1967. Esta nueva serie contaba con un carácter autoconclusivo (y cuota mínima de mamporros por capítulo) pero también con cierta versatilidad, llegándose a convertir en un western durante un episodio o trasladar la acción principal al cerebro de su protagonista.

Sin embargo, la principal fuente de comparación sería la novela «1984», de George Orwell y publicada en el año 1949. McGoohan también realizaría en «El prisionero» una pormenorizada radiografía del sistema político contemporáneo con la sombra del Gran Hermano orwelliano y siempre bajo un humor típicamente británico. En última instancia, la serie era una clara alegoría de la Guerra Fría (el protagonista siempre sospechaba quién podía ser su aliado y quién, su enemigo) y de cómo la sociedad intenta corromper al ciudadano (el propio McGoohan estaba harto del encasillamiento al que se la había sometido en cine y televisión).

En Reino Unido, «El prisionero» se estrenaría el 29 de septiembre de 1967 y se emitiría hasta el mes de febrero de 1968. Contó solamente con 17 episodios , pero ni siquiera se sabe realmente cuál es el correcto orden de visionado de los mismos pues las cadenas ITV (Reino Unido) y CBS (Estados Unidos) no los emitieron en el orden de producción. Algo que añadió aún más confusión a lo que ocurría en aquel misterioso pueblo.

La serie, en oposición a la seriedad temática que abordaba, apostó no solo por el humor sino también por una puesta en escena colorida y luminosa. McGoohan se negó, además, a tener un interés romántico. La revolución que supuso «El prisionero» fue temática (su ciencia ficción, en ocasiones, traspasó ciertas fronteras), pero también formal: hubo dos episodios, por ejemplo, que no contaron con créditos iniciales (algo muy inusual en aquellos tiempos).

El totum revolutum definitivo de «El prisionero» vendría con su final tras 17 episodios; un cierre que, a día de hoy, continúa siendo considerado uno de los más controvertidos de la historia televisiva al nivel de «Twin Peaks» o «Perdidos». El final, a golpe de «All you need is love» de Los Beatles , fue tan polémico que, según relató el propio McGoohan, decidió esconderse durante varias semanas en la montaña para evitar represalias. Se preguntarán qué pasó: no respondió al 100% a ninguno de los grandes enigmas, los cuales habían sido planteados desde la primera entrega en su mismísima cabecera [ver vídeo a continuación]. ¿Les suena la historia?

— ¿Dónde estoy?

— En «El Pueblo»

— ¿Qué queréis?

- ¡Información!

— ¿De qué lado estáis?

— Eso sería desvelar un secreto. Queremos información. Información, información...

—¡No la conseguiréis!

—Por las buenas o por las malas, la conseguiremos.

—¿Quién eres tú?

—El nuevo Número 2.

— ¿Quién es Número 1?

- Tú eres Número 6.

-¡No soy un número! ¡Soy un hombre libre!