De cómo Almodóvar conoció a Antonio Banderas y consiguió financiar «Laberinto de pasiones»

El encuentro con Ángel lleva a Pacino y Lola a la discoteca donde actúan Almodóvar & McNamara ( Edu Soto como Fanny McNamara ) al son de su canción original «Suck it to me»; actuación que también sucede en «Laberinto de pasiones», pues Almodóvar solía hacer cameos en sus primeros títulos. Y en todo este juego «metarreferencial», el ficticio Almodóvar recomienda a Pacino ser actor «con esa cara». «¿Yo actor? ¡No! Precisamente hay un chico ahora en Madrid trabajando, haciendo teatro clásico, Antonio Banderas, que tienes que conocer», responde el viajero en el tiempo, sabedor de la exitosa colaboración entre el director manchego y actor malagueño.

Pero ése no es el único problema: el cineasta aún no ha conseguido financiar su nueva película tras la negativa de varios bancos; «desde que hice "Pepi, Luci, Bom", todo el mundo dice que hago pelis guarras», se queja el ficticio Almodóvar, que se agarra a una última posibilidad: el Banco de Crédito Industrial. Es entonces cuando Lola, un poco perjudicada por el alcohol, le promete que se lo conseguirá (se inventa que su tío trabaja para el BCI) a cambio de un papel como chica superficial. Lo que parece un traspiés acaba convirtiéndose en la manera en que el Ministerio y Ernesto, como tío falso de Lola, acaban produciendo «Laberinto de pasiones». Con una condición, eso sí: localizar a Banderas.

Y así ocurrió: los créditos finales de «Laberinto de pasiones» (disponible en Filmin) confirman que la película fue «producida con la colaboración del Banco de Crédito Industrial». En concreto, del 70%. El 2 de marzo de 1982 ABC informó del inicio de su rodaje haciendo hincapié en que era la primera producción de Alphaville. Aquel mismo año, con motivo de su estreno, ABC publicaba el 1 de octubre una crítica en la que nuevamente se hacía mención a la singularidad de su financiación: «Para su primera salida al campo de la producción, Alphaville, entidad hasta ahora conocida como gestora de un complejo de salas madrileño de gran prestigio, ha optado por financiar el segundo proyecto de Almodóvar, cuya "opera prima": "Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón", lanzada en su momento, ha encontrado su público en las sesiones de madrugada del referido complejo».

Sin embargo, a pesar de la condición del Ministerio, Almodóvar acaba cruzándose con Banderas por casualidad tras verle en la terraza de un bar y fotografiarlo. «Tienes una cara muy romántica; deberías hacer cine alguna vez» , le sugiere la versión ficticia del cineasta al ficticio Banderas, que pregunta a un amigo quién es: «Nada, ese chaval que ha hecho una película; ese no vuelve a rodar, ya te lo digo yo» .

Y así ocurrió también, tal y como Banderas reconoció a Bertín Osborne en «Mi casa es la tuya» (Telecinco). «A Almodóvar lo conocí en la terraza del Café Gijón», recordó. En aquel momento, el actor estaba haciendo la obra de teatro «La hija del aire», de Calderón de la Barca , bajo la dirección de Luis Pascual .

«Un grupo de actores estábamos tomando un café antes de hacer la función y entonces llegó un tío con un maletín rojo, se sentó, empezó a hablar y me pareció muy gracioso y entonces me dijo "Tú tienes una cara muy romántica, tú deberías hacer cine algún día" y se marchó. Y digo a mis amigos "¿Y éste quién es?" y dicen "Es Pedro Almodóvar, ha dirigido una película que se llama "Peli, Luci, Bom", pero no va hacer ninguna más», contó. Banderas también reveló que, tras aquel encuentro, el manchego fue a su teatro días después para ofrecerle «Laberinto de pasiones».

Hay más conexiones en el segundo episodio de la cuarta temporada de «El Ministerio del Tiempo»; una de ellas tiene que ver con Ángel, el amigo de Pacino, que viste una cazadora roja con líneas negras similar a la que lleva Imanol Arias en «Laberinto de pasiones» mientras canta «Gran ganga», otro tema original de Almodóvar & McNamara. Aquella cazadora pertenecía a Tino Casal , que la prestó para rodar dicha escena; el cantante fue uno de los colaboradores en financiar la película.

De Fanny McNamara hay también otro guiño. Si en «El Ministerio» su personaje esnifa esmalte de uñas («¡Uh, qué overdose !») con Lola y Pacino; en «Laberinto de pasiones» hace lo propio con Alaska («Toma, bonita, qué overdose ») en la terraza de un bar antes de ligar con el personaje de Imanol Arias.