El día más difícil de Adolfo Suárez

Comenzó cuando en diciembre de 1975 sucedió a su mentor, Fernando Herrero Tejedor , tras su muerte como ministro Secretario General del Movimiento en el primer gobierno de la Monarquía, presidido por Arias Navarro. Para que se hagan una idea más acertada, Herrero Tejedor fue considerado uno de los «reformistas» del régimen franquista. En ese momento, la lentitud de las reformas y el inmovilismo de Arias Navarro comenzaban a provocar un deterioro en la situación política que preocupaba a la Corona. El rey Juan Carlos I no tenía una buena imagen del jefe del ejecutivo y comenzaba a considerarlo como el principal obstáculo para la reforma democrática.

La aprobación en junio de una tímida ley de Asociaciones Políticas y los impedimentos para aprobar medidas para la reconciliación convencen al rey de la necesidad de sustituir al presidente de Gobierno. Sin embargo, Arias Navarro no quería dimitir. Se escudaba en que el nombramiento por Franco para ser presidente del gobierno expiraba en 1979 pese a que el dictador acababa de fallecer. Para ello, busca la complicidad de Torcuato Fernández-Miranda , a quien propone para ser incluido en en la terna para el Consejo del Reino.

Una vez en el cargo, la idea de Torcuato Fernández-Miranda era establecer un sistema con dos partidos políticos, uno conservador y otro de tipo más liberal. Mientras, Arias Navarro recibió el encargo de Juan Carlos I de renovar el Consejo de Ministros. Con el beneplácito del monarca, Torcuato Fernández-Miranda acudió a la casa de Arias Navarro, conocida como La Chiripa, para discutir de los nuevos ministros y le propuso que la cartera de Ministro del Movimiento fuese para Adolfo Suárez González .

Buscando acelerar las reformas, Fernández-Miranda creó una comisión mixta integrada por miembros del Gobierno y del Consejo Nacional del Movimiento. Fue cuanto menos atípico ya que, hasta entonces, el Gobierno legislaba y la cámara ejecutaba. Para ese momento, Adolfo Suárez era ministro-secretario general del Movimiento y, también, procurador en Cortes y consejero nacional.

El 2 de marzo de 1976, Torcuato Fernández-Miranda reunió en la Zarzuela al Consejo del Reino. ¿El objetivo? Dar a conocer a las Cortes, al Consejo Nacional y al Gobierno que su negativa a la reforma política podía ser fácilmente salvada por el rey recurriendo a un referéndum nacional. Arias era excesivamente inmovilista y ni el rey ni Fernández-Miranda deseaban que continuara siendo presidente del Gobierno.

El encargado de hacer una criba en el Movimiento Nacional para lograr candidatos con los que conformar un partido de centro fue Adolfo Suárez. Sin embargo, Fernández-Miranda veía en el mismo Suárez un gran candidato a presidente, pero el rey consideraba que Suárez no estaba lo suficientemente curtido en política. Aun así, Torcuato lo incluyó en una lista de posibles presidentes, una lista que incluía a Areilza, Fraga, López de Letona, Pérez de Bricio, Federico Silva, López Bravo y Adolfo Suárez.​

Tras la dimisión forzada de Arias Navarro el 1 de julio de 1976, Torcuato Fernández-Miranda reúne al Consejo del Reino en el Salón de Mariana Pineda del Palacio de las Cortes para elaborar una terna de la cual el Rey debía escoger al nuevo Presidente del Gobierno. Eran 16 miembros más el Presidente del Consejo, Fernández-Miranda, pero solo habían acudido quince. Cada uno elaboró una lista con los posibles candidatos que se tradujo en otra conjunta con 32 nombres. Torcuato propuso que de todos ellos se eliminaran 29. Cualquiera que obtuviera menos de ocho votos, sería borrado. Finalmente quedaron tres candidatos: Federico Silva (15 votos), Gregorio López Bravo (13) y Adolfo Suárez (12).

Justo este momento es el que deben salvar los miembros de la patrulla de «El Ministerio del Tiempo» (La 1, 22.40), quienes, además, tendrán un percance con el Ángel Exterminador.