Leonor Watling: «Yo estoy en crisis todo el rato»

«Al principio daba un poco de miedo», reconoce, «porque como actor estás entrenado para no ver la cámara , pero estaba tan bien escrito dentro del texto, que en un momento dado podría haber agarrado a alguien por la calle y decirle algo». «Ella está sola en un mundo de hombres y lo único que hace es buscar un cómplice», explica.

Al lado de Leonor Watling nos encontramos con Hugo Silva y Luis Bermejo , incrustados en un «peligroso» reparto internacional que incluye a Anton Yakovlev, Mark Ivanir, Michael John Treanor, Yan Tual, Kevin Brand y el veterano Féodor Atkine, viejo conocido del cine español y casi de cualquier otro.

«Nasdrovia» cuenta la crisis de los 40 que viven dos abogados de éxito, Edurne y Julián (Leonor y Hugo), ex pareja que se mete en las fauces de la mafia rusa en su intento de huir de la monotonía. Los propios actores conocen bien el proceso: «Yo sí estoy en crisis todo el rato», responde veloz la actriz. «Soy muy pesadita en ese sentido. Creo que todos tenemos momentos así en la vida, a veces porque estás en verano en el chiringuito, otras porque viajas a una ciudad y te preguntas por qué vives en Madrid y no en Vigo, y luego porque seguramente es la esencia de los actores.

Siempre piensas cómo sería tu vida si vivieras en una granja». «A mí me pasa igual», replica Silva. «Lo del chiringuito es muy recurrente. Vivir en la playa, ser artista plástico..., pero luego me doy cuenta de que soy actor porque soy un inútil en todo lo demás ».

El intérprete defiende a su personaje, pese a que pueda parecer un poco cretino. «Es divertidísimo y muy estimulante, dentro de una comedia, hacer un personaje que sufra tanto. Ya lo mejor si yo estuviera en la misma situación, sufriría como Julián, que de repente está metido en un mundo que no es el suyo, que tiene idealizada la Rusia que él tiene en la cabeza, la de la literatura del siglo XIX, y se encuentra con un ambiente rudo y sobre todo muy desconcertante». En su búsqueda del personaje, recuerda que aunque «hubo un trabajo previo de mesa, cuando tienes delante al equipo de baloncesto de la Unión Soviética , salen cosas solas».

El director Marc Vigil recuerda ese rodaje tan complicado, en el que lo que pretendían era «no tener a actores españoles haciendo de rusos», aunque al final no todos eran de allí y se tuvo que entender en muchos idiomas a la vez. «Hubo un momento en que yo estaba colapsado», cuenta, antes de destacar el trabajo de Yakovlev, «que no habla nada de español y se aprendió todo fonéticamente». Otra dificultad es que un parlamento de cuatro líneas en ruso se convertía en 16. «En la comedia se juega mucho con el tempo y el ritmo, y no sabía cuándo tenían que acabar», añade el director, quien cita como referencias títulos como «Barry» y «Fargo» .

«Era una fiesta internacional todos los días», resume Luis Bermejo, puede que en el papel más divertido . «Celebro que exista Movistar+ y que haya tres locos guionistas y este director también tan loco, con esa mirada. Como actor, me encantan las aventuras transformadoras. Es necesario el riesgo y esta serie lo tiene en todo el planteamiento», dice con entusiasmo sobre «Nasdrovia», creada por Sergio Sarria, Luismi Pérez y Miguel Esteban y producida por Globomedia a partir de la novela del primero «El hombre que odiaba a Paulo Coelho».

El estado de la ficción española es otro motivo de celebración. «Se están dando pasos en la dirección, no sé si correcta, pero sí la que me interesa», asegura Vigil. «“Nasdrovia” me parece un paso adelante . Es lo que me interesaba, que se convirtiera en un reto encontrar el tono, dificilísimo, porque nos salimos del tono de la comedia tradicional en España . Y aunque cada vez se hacen cada vez más cosas, sí creo que Movistar está buscando una identidad que no tiene nadie ».

«Creo que hay que seguir», responde Silva. «En televisión, ya no se hace una ficción que tenga que gustar a todo el mundo. Se sigue haciendo eso, pero hay un campo muy amplio para sorprender e innovar . En sentido creativo, hemos avanzado. No diría que es lo soñado, pero porque me gustaría que siguiese creciendo y desarrollándose».

«Y hay que apuntalarlo bien», remata Watling. «En España suele pasar esa pasión de sacar las cosas adelante, aunque no tengamos todo el presupuesto. Hace falta que los equipos cobren bien, que vayamos todos creciendo a la vez, que sea de verdad ».