Kevin Bacon vuelve al bigote y a los noventa en 'City on a Hill'
El actor de 62 años, que se hizo famoso en aquella década gracias a los cineastas Oliver Stone y Ron Howard, interpreta a un policía corrupto en este 'thriller' cuya segunda temporada estrena Movistar
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Iniciar sesiónEn 'City on a Hill' , cuya segunda temporada estrena hoy Movistar Series , su extraña pareja son un policía blanco corrupto ( Kevin Bacon , 62) y un fiscal negro íntegro ( Aldis Hodge , 34) que, en el frío y nublado ... Boston de los noventa, se pisan y miden la manguera. Uno aspira al bien mayor –la alcaldía– matando de un tiro a tres pájaros: corrupción policial, delincuencia callejera y racismo; el otro, a dos males menores: salvarse el pellejo y mantener el statu quo . Y a los dos hombres, hechos y derechos, no les queda otra que hablar para entenderse y colgarse la medallita. La serie no es Scorsese ni 'The Wire' , pero sí un thriller policíaco a la vieja usanza cuya secuela presenta un nuevo caso, pero no se olvida del anterior, ya cerrado al final de la primera temporada. Algo tiene que ver su productor ejecutivo, Tom Fontana (69), guionista de 'Homicidio' y 'Oz' .
A Kevin Bacon, que luce bigotazo, camisa desabrochada y guitarra en videollamada con ABC y otros medios, le resulta muy extraño pensar que 'City on a Hill' (Una ciudad sobre la colina) es una serie de época; aquella en la que se codeó con Oliver Stone , Ron Howard y Rob Reiner tras bailar en 'Footloose' . Pero reconoce el jugo narrativo: ¿cómo era aquella vida prepantallas? En la primera temporada, también disponible en Movistar+, son contadas las ocasiones en las que este anticuado policía, Jackie Rohr , saca su teléfono-ladrillo. «Era una manera diferente de abordar el mundo y desde luego de los cuerpos de seguridad. Tiene sentido que esta gente quede en persona para hablar, mientras que en otras series donde la gente se desplaza y toca la puerta y habla no es necesario. Simplemente se quería poner a los dos actores en la misma escena», reflexiona Bacon, cuyo anterior papel en televisión fue el de otro macho alfa, un artista 'cowboy', en la pintoresca 'I Love Dick' (Amazon). Él era el dick , el cretino.
En ambos títulos, sus personajes hipermasculinizados son el cuestionado objeto de deseo por y para las mujeres. Aquí la interpreta Jill Hennessy (52), cuyo papel de esposa y madre católica se distancia pronto de otras clásicas y modernas como Carmela Soprano , Betty Draper y Skyler White . «Jackie tiene relaciones muy, muy interesantes con las mujeres. A veces es increíblemente patriarcal, caballeroso y misógino y otras tiene que ir al lado de ellas. En la primera temporada convive en casa con tres [suegra fatal inclusive]», explica el actor. En estos ocho nuevos episodios –seis grabados ya en plena pandemia– tendrá que vérselas con su jefa, la nueva fiscal general ( Keiko Elizabeth ). Sin rastro, por el momento, de aquella investigadora persa ( Sarah Shahi ) que se la tenía jurada.
En 'City on a Hill' , el mostacho del policía protagonista es clave. Así lo ve Kevin Bacon: «Es muy retrógrado a muchos niveles. Incluso su mentalidad es de hace diez o veinte años. Los bigotes no tenían muy buena fama en los años noventa. Era una época en la que todo el mundo iba impoluto, llevaba el pelo corto e iba bien afeitado». Jackie es un tipo misógino, conservador y su bien más preciado es el poder en una ciudad 'sin' ley, pero con visos de bonanza. Al otro lado está el fiscal DeCourcy Ward (Aldis Hodge) y su mujer, la abogada Siobhan Quays ( Lauren E. Banks ), con una trama política y personal que encajaría en 'The Good Wife' .
Continúa Bacon sobre su personaje: «Es alguien complejo. Tiene un pasado muy oscuro que se desvelará poco a poco esta [segunda] temporada. Es de la calle, un hombre hecho a sí mismo, pero a la vez muy inteligente y leído. Lo divertido del personaje es su complejidad y la impredecibilidad de lo que saldrá por su boca». Porque hablar, habla mucho, y siempre tiene una frase para cada momento. Y se va por los cerros. Y encima con acento bostoniano. Lo divertido de la ficción es cuán lejos puede llegar su protagonista mentiroso, racista, mujeriego, drogadicto y asesino (mató a sangre fría al confidente que violó a su hija): «Es un tipo que está todo el rato intentando caer de pie». Siete vidas tiene este gato.
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