Los guardianes del buen hacer en las escenas de sexo del cine y la televisión
Con la irrupción del movimiento feminista #Metoo se popularizó la figura del coordinador de intimidad en los rodajes: «No somos censores; queremos que estas secuencias sean seguras»

El cruce de piernas más famoso del cine fue, al menos según Sharon Stone, un engaño. La protagonista de 'Instinto básico' (1992) cuenta en su autobiografía, 'The Beauty of Living' (2021), que le pidieron que se quitara la ropa interior porque el blanco reflejaba la ... luz y estropeaba la escena. Le aseguraron que no se vería nada. Pero, cuando proyectaron el metraje final en pantalla grande, la actriz entró en cólera: «Éramos mis partes y yo ahí arriba», relata. Abofeteó al director, Paul Verhoeven, y llamó a su abogado. Pero finalmente autorizó la escena. «¿Por qué? Porque era correcta para la película y para el personaje ; y porque, después de todo, lo hice». Pensó que, además, Catherine Tramell era su «última oportunidad» para triunfar. Tenía 32 años. Paul Verhoeven, en cambio, tiene un recuerdo completamente diferente: «Ella sabía perfectamente lo que hacía, cómo iba a rodar esa escena sin saberlo. Es imposible. Es cierto que se quitó las bragas y un detalle interesante que ella omite es que me las dio a mí como regalo. Y mi mujer las lavó».
Hoy, seguramente, esta polémica se resolvería con un coordinador de intimidad, una figura relativamente nueva en la industria, que creció exponencialmente coincidiendo con la explosión del #Metoo y las denuncias de los abusos de poder cometidos por Harvey Weinstein . Estos especialistas en las escenas más sensuales desglosan los guiones en busca de los momentos más sensibles y hablan con intérpretes, directores y vestuario para asegurarse de que todo el mundo se encuentra cómodo con la forma en la que se van a rodar. «Las pautas de intimidad que había desarrollado pasaron de no ser valoradas (por parecer innecesarias) a permitirme viajar por todo el mundo, a producciones reales, dando respuesta a cómo se debería trabajar», contó a 'Vogue' Ita O'Brien, una de las pioneras del gremio, que ha trabajado en 'Sex Education' –la primera serie de Netflix con coordinadores de intimidad–, 'Podría destruirte' y ' Normal People ', entre otras.
Las presiones para rodar escenas de desnudo no son solo cosa del pasado. Emilia Clarke reconoció que se rebeló en varias ocasiones cuando a su personaje le tocó descubrirse en 'Juego de Tronos'. «He tenido peleas en rodajes donde digo: 'No, la sábana se queda', y me contestan: 'No querrás decepcionar a tus fans'». « Es cierto que ha habido situaciones terribles y el riesgo en estas escenas es alto . Nosotros estamos para minimizar estos problemas y hacer estas secuencias más seguras y disfrutables para todos», cuenta a ABC Lizzy Talbot ('Los Bridgerton', 'Anatomía de un escándalo', 'The Witcher'). Ella empezó a trabajar en este ámbito en 2015, cuando se dio cuenta de que, al hablar de violencia doméstica, no había problema en representar el daño físico, pero sí secuelas en un plano más íntimo.

En octubre de 2018, HBO dio el espaldarazo definitivo a esta figura: anunció que contrataría a expertos en intimidad para todas las series con escenas eróticas. En España, las primeras producciones con estos especialistas empezaron a grabarse a finales del año pasado. 'Élite' es una de ellas. «Ahora, sobre todo en Reino Unido y Estados Unidos, estamos muy demandados. El oficio comenzó en el teatro, pero luego dimos el salto al cine y la televisión», señala el alicantino Enric Ortuño, coreógrafo de formación. Trabaja sobre todo en Europa y Reino Unido, donde conoció a un grupo de mujeres pioneras que le recomendaron formarse en Estados Unidos y Canadá. Desde entonces, este experto, uno de los pocos hombres del gremio –«porque hasta ahora el cuerpo de la mujer ha sido más expuesto»– ha supervisado las escenas más eróticas de 'Los Bridgerton', 'Ted Lasso' y 'The Girlfriend Experience'.
Trucos y primeros auxilios
« A veces nos dicen que somos las vigilantes del sexo, pero no nos gusta nada . Nuestra función es también apoyar creativamente la producción para que estas escenas sean más realistas», cuenta Tábata Cerezo, cofundadora junto con Lucía Delgado de IntimAct, una empresa pionera en coordinación de intimidad. Ambas, que provienen del mundo de la interpretación, han trabajado ya para casi una decena de producciones españolas. «Me pasé varios años explicando a los productores que yo no quería censurar nada. Si quieren hacer una orgía de 27 personas porque creen que es importante para la historia, estupendo; pero contratemos a gente que quiera hacerlo , que esté cómoda», resume Ortuño.
En los cursos de certificación profesional para trabajar como coordinadores de intimidad, estos expertos aprenden prácticamente de todo: expresión corporal, interpretación pero también cuestiones relacionadas con la salud mental, los primeros auxilios, el acoso , la mitigación de traumas y la resolución de conflictos. «Es importante entender que igual que la acción tiene un riesgo de daño físico, las escenas de intimidad – entendidas de un modo amplio: sexo, desnudos, violencia sexual, consultas médica s, cuestiones escatológicas...– pueden causar daños psicológicos», afirman las especialistas españolas.
Como ejemplo, basta conocer la historia de 'El último tango en París' (1972), de Bernardo Bertolucci . En una de las escenas más famosas de la película, el personaje de Marlon Brando viola al de Maria Schneider usando mantequilla como lubricante . Ocultaron este extremo a la actriz, que apenas contaba con 19 años. «No quería que fingiese la humillación, quería que la sintiese», explicó Bertolucci. «Son cosas graves, pero las películas se hacen así». Para Schneider, en cambio, las consecuencias fueron fatales: desarrolló una fobia a la mantequilla, no volvió a desnudarse en películas y cayó en una espiral de adicciones.
Para evitar estos problemas, lo ideal, coinciden todos los coordinadores de intimidad, es comenzar a trabajar en la producción cuanto antes , incluso en la redacción de los contratos de los protagonistas, donde se especifica qué partes de su cuerpo están dispuestos a mostrar y cuales no. « En Estados Unidos existen las 'nudity rider', cláusulas que dicen que no se pueden modificar las condiciones pactadas sin el consentimiento del actor. Eso es lo que queremos traer a España, donde solo se especifica que se hagan de mutuo acuerdo. Al final, esas conversaciones se demoran o ni se sacan por pudor. Por eso cuanto antes intervengamos más fluido será todo», reconocen Delgado y Cerezo.

Los coordinadores de intimidad también están en los ensayos. Ellas son parte de ese personal mínimo que está presente cuando se ruedan estas escenas. Luego, cada obra tiene sus desafíos: en 'Los Bridgerton', por ejemplo, era «cumplir con las expectativas de los lectores y mostrar el sexo desde la mirada femenina», recuerda Talbot. El trabajo incluye también la evaluación de riesgos y la coordinación con vestuario y maquillaje. En prótesis y ropa interior para evitar el contacto piel con piel entre los actores también se ha avanzado. Antes incluso les tocaba coser a prendas mínimas pedazos de colchonetas de yoga. Hoy hay siliconas e incluso una marca británica, Intimask , especializada en ello. Finalmente, también aconsejan al director, si así lo requiere.
Nuevas generaciones
Hoy, con la llegada de las plataformas, sin límites de horarios para emitir escenas aptas solo para mayores de 18 años, muchas producciones se han atrevido a abordar el sexo de una forma más valiente. «El público se ha cansado ya de las típicas escenas de edredón porque no sorprenden. Hemos evolucionado y queremos mostrar diversidad, otras formas de concebir la sexualidad...», afirma Lucía Delgado. «Hay una generación que viene con menos pudor y con más ganas de explorar el lado más artístico de estas imágenes. Se pueden crear escenas eróticas sin enseñar. La sexualidad humana es muy amplia y quedan muchas historias por contar», zanja Enric Ortuño.
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