«Eres solo una chica, vete a casa», la verdad que no contó 'Gambito de dama'
Judit Polgar, la mejor ajedrecista de la historia, escribe sus impresiones sobre la serie de Netflix

Judit Polgar es, sin la menor discusión, la mejor ajedrecista de la historia. Netflix la invitó a escribir sobre 'Gambito de dama' y la jugadora aceptó el reto. Su artículo ha sido publicado en Netflix Queue . En general, la jugadora ... húngara aplaude el resultado, pero también algunos aspectos en los que la serie no refleja la realidad que ella vivió.
Netflix invited me to create an article together. We have discussed what it takes to be a champion, why chess can save us, and how The Queen’s Gambit got it right. ♟🏅https://t.co/gkqOcSIctM
— Judit Polgar (@GMJuditPolgar) February 8, 2021
La menor de las hermanas Polgar, tres chicas que no fueron al colegio por decisión de sus padres, recuerda que su primer gran éxito lo vivió cuando solo tenía nueve años . Ganó el Abierto de Nueva York, en la categoría de jugadores sin Elo. Los mil dólares que le dieron eran una fortuna para una chica que vivía en un minúsculo apartamento de Budapest. A los 15 años, rompió el récord de precocidad de Bobby Fischer al convertirse en el gran maestro más joven del planeta, chicos y chicas incluidos.
Jugar al ajedrez es como criar a un hijo, revela Polgar. Siempre te preguntas: ¿hago lo correcto? «Si las cosas van mal y no estás preocupada o infeliz o frustrada, significa que no te preocupas lo suficiente». Por otro lado, psicológicamente tienes que ser «muy estable para jugar al más alto nivel, lo que hace que la adicción de Beth en 'Gambito de dama' sea pura ficción». En realidad, Walter Tevis introdujo este aspecto en la novela inspirado en su propia vida .
La imprecisión se compensa, opina Judit Polgar, con las sorprendentes partidas de ajedrez que se ven en la serie, gracias a que sus viejos conocidos Bruce Pandolfini y Garry Kasparov colaboraron como asistentes. «He discutido con Garry los más pequeños detalles de las partidas y sus movimientos, cómo están relacionados con lo que le ocurre a Beth en su vida. Con Bruce comenté su atención al aspecto de los jugadores, su lenguaje corporal, la forma en que movían las piezas, cómo pulsa el reloj Beth y escribe los movimientos e incluso su modo de pasear en la sala de juego. Me dijo que trabajó mucho enseñando a los actores a comportarse, a sentarse en la mesa y los gestos que los ajedrecistas hacen».
Otra virtud de la serie es su forma de superar la mayor dificultad: convertir en espectáculo la violencia mental que representa el ajedrez. «Por eso es tan bonito que Beth vea las piezas moverse en el techo por la noche. Muestra al público cómo pensamos y cómo podemos estar atrapados por nuestros pensamientos ajedrecísticos», añade la húngara. « Yo nunca miraba al techo , pero no es imprescindible mirar el tablero para un ajedrecista; tenemos las posiciones en nuestra cabeza y podemos mover las piezas de forma virtual».
Solo en un aspecto la serie difiere de la vida real, resalta Judit Polgar. «La serie es mucho mejor que la realidad en los conflictos de género», asegura. «Por ejemplo, cuando ella se inscribe en su primer torneo, un chico le pregunta cuál es su puntuación. Ella dice que no tiene, pero que quiere jugar en la categoría superior y él acepta. En la vida real, ella habría escuchado otro tipo de comentarios , del tipo «Eres solo una chica, vete a casa»».
Demostrar más que los chicos
«Yo tuve que demostrar mucho más que si hubiera sido un chico», asegura la ajedrecista, ya retirada de la competición, que siempre eludió participar en las categorías femeninas. «La gente solía decir: «Ha tenido suerte otra vez, ya crecerá, se enamorará y desaparecerá ». No solo me dijeron eso muchas veces, sino que las escribieron en incontables ocasiones». Polgar recuerda a un rival que no le quiso dar la mano y salió corriendo, y otro que, después de perder contra ella, golpeó su cabeza en el ascensor de vuelta a su habitación de hotel. «Todo eso no me desanimó», asegura. «Me lo tomé como un desafío».
«El ajedrez tiene mucho que enseñarnos», agrega, antes de describir una de sus escenas favoritas de la serie, «cuando Beth y el conserje juegan al ajedrez y él toma su dama y le dice: «ahora tú te rindes». Ella se niega, y él le responde: «No viene en las reglas, es una cuestión de deportividad». Ese momento es muy significativo. ¿Cómo aceptas la derrota? ¿Cuándo es el momento de mantener la dignidad y de mostrar respeto a ti misma y a tu rival?». «Creo que el ajedrez puede enseñar muchas habilidades que los niños necesitan cada día y en su futuro. Necesitan ser resistentes, cooperativos, pensar con lógica, ser responsables, tomar decisiones sin parar y ser creativos».
Netflix Queue , medio en el que Polgar escribe su artículo, por cierto, está diseñado por la empresa Pentagram , que fue contratada por Andrew Paulson en 2011 para diseñar toda la estética del Campeonato del Mundo, cuyos derechos había adquirido. En ambos casos se nota la mano de los creativos, minimalista y elegante.
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