'Desaparecidos. La serie' terminó en Prime Video: su guionista resuelve dudas y desvela finales alternativos

Esta última revelación pilló por sorpresa incluso a quien escribió aquel episodio, Mercedes Cruz , que vio el cambio una vez se emitió la serie. Fue decisión del equipo de producción. «Y corrimos un tupido velo», reconoce ella. No se volvió a saber de aquella rocambolesca trama. ¿La madre de aquel niño era una nativa de África o una cooperante? Bastante tenían con retomar y hacer creíble la historia de Ulahabi (Hamid Krim), el secuestrador y 'padre' del hijo de Carmen.

Los guionistas de los nuevos 16 episodios, divididos en dos temporadas estrenadas por Prime Video este año (la segunda, el 13 de mayo; la tercera, el 7 de octubre), tampoco querían que el personaje de Sonia pasara nuevamente por un duelo. Sí aprovecharon la presencia de la actriz Diana Palazón ('Hospital central') como su cuñada, la hermana de Mikel, y la llegada de otro intérprete, Édgar Vittorino, como reemplazo de Maxi Iglesias . «Había que buscarle el lío amoroso con Ramallo. Nos apetecía más eso y potenciar también el físico de ella, no tenerla aquí llorando por un hijo, un marido… Pues no: vamos a darle vidilla. Tenemos maromo nuevo, buenorro, pues vamos a darle 'rollo Telecinco' », explica Mercedes Cruz, que también firma el desenlace, probablemente definitivo, de la serie. La guionista, en conversación con ABC, repasa las nuevas tramas y los 'viejos' personajes. Empecemos por el final.

Porque la última escena es para Carmen, que se despide de su hijo, ya adolescente, que necesita poner tierra de por medio tras descubrir su verdadera identidad, cómo se produjo su 'adopción' y las malas artes de su 'padre'. «Ella representa a alguien que inspira esta serie, el presidente de SOS Desaparecidos. El arranque de 'Desaparecidos' es prácticamente ella, en la primera temporada . Es alguien que está en la asociación, ayudando a la gente víctima de desaparecidos, y teníamos que cerrar con ella. Ella abre y ella cierra. Esta asociación ha conseguido que se cree una unidad de desaparecidos en la Policía, que la coordinación sea mayor, que los protocolos hayan cambiado», explica Mercedes Cruz. «Era su trama: 'Yo estoy aquí porque perdí a mi hijo de 7 años'. Es lo que va arrastrando y lo suelta al final de esa tercera temporada. 'Te tuve, te perdí, te recuperé y eres mío ya'», resume, hasta emocionada, la guionista.

Con el personaje de Carmen, interpretado por Elvira Mínguez, corrían el riesgo de transmitir al público una sensación de pena negra. «Entonces, de pronto, verla luchando, incluso en contra de lo que le pide al cuerpo, podía ser muy interesante. 'Era mi niño, pero se ha hecho hombre con otra familia, a la que quiere y que lo quieren. ¿Cómo le arrebato ahora esta identidad? A mí me lo arrebataron. Es de justicia que yo lo recupere, pero él es un ser con su identidad, una persona que tiene derecho a decidir'. Ella [Carmen] no quiere ser agresiva con esta madre adoptiva [a la que interpreta Lucía Jiménez ] Ella quiere hacerlo de otra manera para que haya una posibilidad de que la madre adoptiva siga pudiendo estar en la vida del chaval. Buscábamos esa división tan tremenda por parte de las dos. De la que lo parió y lo perdió, y la que lo adoptó porque había perdido un hijo». La disyuntiva también se traslada a Pablo: «Aunque descubre que su padre es un mafioso, a él le ha tratado como un rey».

Otro acercamiento fue el de Carmen y Ricky ( Javier Morgade ), el chaval que acosaba a su hijo Pablo y primer culpable de su desaparición tras llevarle a un prostíbulo. «Podía parecer inverosímil, pero es él quien confiesa al final de la primera temporada. Este tío está realmente arrepentido y al final ha salido su parte humana, buena; eso hay que compensarlo de alguna manera». La continuidad de Ricky fue también una manera de aprovechar al actor: «A veces los actores funcionan muy bien y se les da más cancha».

En otras ocasiones sucede lo contrario. Un personaje estuvo a punto de morder el polv0 por la actitud de su intérprete. «Hay veces que algunos actores dan guerra. Si un actor te está dando mucha guerra, pues hay que matarlo». Se dice el pecado, pero no el pecador.

A quienes distanciaron, tras el final de la primera temporada , fue a Carmen con Santiago ( Juan Echanove ), pues el comisario impidió que ella se reuniera a la primera de cambio con su hijo, una vez descubrieron su paradero. «Lo natural era liar a Carmen con Santiago, pero teníamos que enemistarlos».

Porque en las temporadas 2 y 3 de ' Desaparecidos' era muy importante tener tramas personales potentes. Y románticas. «¿Quizás demasiada? No lo sé. Son capítulos largos [70 minutos] y hay que aprovechar los decorados», admite, entre risas, Mercedes Cruz. A la guionista, la trama que más le gustó de la primera temporada –más centrada en los casos y avatares profesionales– fue la relación de Santiago con su hijo (Luis Fernández): «Era una historia de 'Joder, eres policía y tienes al hijo que es un chorizo y te está echando en cara el poco caso que le hiciste de pequeño y tú, pues a cargar con la culpa'».

Luis Fernández, de vuelta en 'Servir y proteger' , no ha estado presente estos 16 episodios, pero sí su personaje. Más o menos. Al principio de la segunda temporada de 'Desaparecidos' , Santiago descubre que tiene una nieta, a la que da techo junto a a la madre de la niña (Cinta Ramírez). Pero, a pesar del mensaje de móvil de su hijo, desconfía y pide en secreto una prueba de ADN. Nunca se desveló su resultado. «Nosotros habíamos dicho que sí era la nieta. Él babea. Es lo que le queda del hijo, que a saber dónde está en el programa de testigos protegidos. En este caso fue cosa del guionista Ignacio Moral : vamos a dejarlo abierto… Santiago ya la quería como una nieta, ¿qué más da si es o no es?».

Otro cabo suelto es quién ha matado a Ulahabi: «Él está en el mundo del hampa… Tiene enemigos y punto. Es verdad que le pegan unos tiros en el coche, pero en algún momento, quizás, sí se ha hablado. Aguirre, el jefe de 'narco', dice algo como 'Este tío tiene sus enemigos'. Es creíble que se lo carguen». A Mercedes Cruz, de todos modos, le gusta dejar las cosas claras. A veces hay una explicación, pero en posproducción, por tiempo, se quita la secuencia, quedando en el aire dicha aclaración.

Pero si hubo un personaje que hizo llover ríos de tinta fue el interpretado por Édgar Vittorino. «Nos hemos acalorado mucho con Ramallo, su relación con Sonia y cómo llega a ese final en el que al principio iba a morir: 'Joder, vamos a dejar viuda otra vez a Sonia'. Era una trama complicada porque estaba infiltrado en esta banda…». Con este nuevo personaje, los guionistas desplegaron una trama de largo recorrido en la que Sonia, al principio, es perseguida por Ramallo sin saber que son compañeros. Esto es algo que aprendió Mercedes Cruz como guionista de 'El comisario' (Telecinco), donde había casos que se presentaban y resolvían durante el mismo episodio y otros que continuaban.

A la guionista le hubiera gustado rescatar a varios personajes de la primera temporada, cuya recta final le pareció «muy exagerada». Uno es el hijo de Santiago («Podía dar su jueguecillo. Tenía su punto cómico, raro, aunque sea para ir y venir») y otro la comisaria corrupta a la que interpretó Eva Martín. «La ensucias tanto que te la tienes que quitar de en medio. De hecho, la jueza de esta temporada [María Morales] surge porque se perdió esta antigua relación con alguien que había sido muy poderoso en su vida». Mercedes Cruz sabe que el público quizás tenga que esforzarse por creer el romance entre el comisario y la juez.

Santiago Abad resume la voluntad de los guionistas de 'Desaparecidos' : hay gente buena con alguna mezquindad personal, pero nunca corrompible a nivel profesional.

La tercera temporada de 'Desaparecidos' iba a acabar en boda. O más bien en 'reboda' entre dos protagonistas, durante la cual se producía una desaparición, por lo que los personajes tenían que ponerse manos a la obra. Aquello quedaría abierto. «Iba tan petado de tramas este episodio que ni la incluí», reconoce Mercedes Cruz. La variante ómicron del Covid terminó por sepultar aquella idea: «Hubo cambios de producción: nuevas secuencias con actores no contagiados y otros en casa a los que había que dar secuencias cuando pudieran grabarlas».