Álex Pina, creador de «La casa de papel»: «Somos unos perturbados de la autocrítica»

«El espectador es cada vez más experto y demanda más en todos los sentidos. Nosotros nos hemos tenido que reciclar. Hemos pasado de series como “Los Serrano”, pegadas al landismo, que yo siempre he defendido, a lo que hacemos ahora, que es una narrativa más contemporánea donde no tienes que seguir las normas de la televisión lineal. Nuestra primera serie en este sentido fue “Vis a vis”. Con ella cambiamos todo lo que hacíamos», recuerda Pina.

Esta reinvención llegó, como ocurre en muchas ocasiones, tras un tropiezo, el de la comedia «Bievenidos al Lolita». «Durante mucho tiempo, en España vimos la ficción como algo de consumo interno, porque el “prime time” siempre había estado ocupado por series españolas. Pero nos dimos cuenta de que el modelo ya no funcionaba, empezamos a ver qué se hacía en el mundo, nos fijamos en series como “Breaking bad” y nos empapamos de nuevas posibilidades. Asumimos que la manera de contar puede ser diferente y se puede mirar algo más hacia fuera. Los españoles tenemos que ser más ambiciosos y creernos que tenemos mucho talento, porque fuera se valora un montón. Es más, lo vienen a buscar aquí », expone Martínez-Lobato, que insiste en que repetirse es « lo más peligroso », aunque sea con un triunfo como el de «La casa de papel».

La serie de atracadores con máscaras de Dalí les ha convertido en los abanderados de la ficción española fuera de nuestras fronteras, pero ambos coinciden que esa etiqueta no es ninguna carga. «Es más bien un privilegio. Haber hecho algo que funciona nos permite que al ir fuera se nos escuche. Eso da cierto vértigo a la hora de escribir, pero no genera más presión que la que nos causamos nosotros mismos, que somos unos perturbados de la autocrítica, y hacemos hasta 30 versiones de guión», reconoce el creativo. Es más, si en cualquier momento de la producción hay una escena que les «aburre» la cambian, aunque estén en plató con las cámaras encendidas.

Tampoco es una responsabilidad añadida trabajar para un gigante como Netflix. «Nuestra relación es de libertad absoluta. Estamos haciendo cosas demenciales que pondrían en alerta a todos y no solo nos lo han permitido, sino lo promueven», plantea Pina.

Los contratos de confidencialidad de los grandes operadores, eso sí, les prohiben desvelar detalles de proyectos como la cuarta parte de «La casa de papel», que se estrenará el 3 de abril en Netflix. Solo pueden decir que será la temporada «más traumática de todas». «Tanta tensión tenía que explotar por algún sitio», puntualiza Martínez Lobato. Ni siquiera pueden confirmar que ya están pensando en una posible quinta entrega. «Alguien sabe que habrá, pero nosotros no», bromea su compañero.

En cambio, sí pueden dar detalles de lo nuevo de «El embarcadero» , que presentaron esta semana en el festival Mim Series y que llegará a Movistar+ el 17 de enero. «Los personajes pierden la cabeza, rompen todos los extremos. Están en un lugar del triángulo amoroso donde no esperaban. Ese era el reto, pero al mismo tiempo había que entender sus emociones», plantea la guionista. Los nuevos capítulos mantienen el erotismo de la primera entrega. «Siempre había estado un poco denostado y vulgarizado, pero aquí queríamos darle una perspectiva emocional, que no fueran escenas gratuitas», añade.

Este año estrenarán también «White lines», coproducida por los responsables de «The Crown» y con un reparto internacional, que cuenta la investigación posterior a la muerte de un DJ en Ibiza. «Hemos fusionado dos mundos, el anglosajón y el latino. Escribimos los guiones en castellano, se tradujeron al inglés y se ha grabado en los dos idiomas. Es un híbrido muy interesante», cuenta el guionista.

Ahora, la serie que más quebraderos de cabeza les da es «Sky Rojo », protagonizada por Verónica Sánchez, Asier Etxeandía, Miguel Ángel Silvestre, Enric Auquer, Yani Prado y Lali Espósito. «La serie es complicada y arriesgada, porque se adentra en el mundo de la prostitución, algo sobre lo que no puedes banalizar», subraya el creador. «De cualquier modo, la forma de llegar a un público grande es hacer entretenimiento puro y meter dentro tus caballos de Troya, mensajes subliminales», subraya Pina. También el formato, capítulos de menos de media hora, es complejo. «Tiene que ver mucho con el videoclip, lo punk. Tarantino en estado puro», desvelan.

Aunque Álex Pina y Vancouver producen para todo el mundo, no son ajenos a la crisis que viven en España las series en abierto. «La forma de ver la televisión ha cambiado, el espectador tiene ahora la llave y eso es un problema para la televisión lineal. Pero no es una crisis de contenidos, sino de consumo. Tanto “La casa de papel” como “Vis a vis” nacieron en abierto », sentencia Pina, que prefiere tropezar a repetirse. «Tenemos que intentar ir siempre por delante, abrir nuevas vías narrativas» .