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'House of cards'
«La serie explora la ambición desmedida y la falta de escrúpulos»
'Los sin nombre'
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Iniciar sesiónEstrenada en 2013, 'House of Cards' marcó un antes y un después en el panorama de las series políticas, consolidándose como una de las producciones más influyentes de Netflix. Es una serie redonda. Está basada en la novela homónima del británico Michael Dobbs. ... La adaptación estadounidense, de Beau Willimon, ofrece una mirada cínica y despiadada del mundo de la política en Washington DC. Merece la pena verla y aproximarse así a nuestro jefe de gobierno, su familia y las direcciones de los partidos que le sustentan.
La serie sigue la historia de Frank Underwood, interpretado por el inquietante actor Kevin Spacey, un político ambicioso y manipulador que, tras ser traicionado al no recibir un puesto prometido como Secretario de Estado, decide emprender una campaña implacable para alcanzar el poder absoluto. Junto a su igualmente calculadora esposa Claire Underwood, la bellísima y gran actriz Robin Wright, Frank utiliza la manipulación, el chantaje y la traición como herramientas para ascender en el escalafón político, sin importar el coste humano. Se alía con cualquiera, incluidos asesinos, al igual que nuestro sátrapa Sánchez, con separatistas, los dueños del dinero, con cualquiera que ame el poder a cualquier precio. Y sí, también le gustan las prostitutas y es capaz de vivir del dinero de la explotación sexual. No hay nada más inmoral en nuestro jefe de gobierno: tener casa en Madrid y casa de veraneo pagadas con el sudor y el dolor de las prostitutas, a las que su familia política golpearían, lo normal de los proxenetas.
Cuando todo cambió
Daniel MúgicaNo olvidemos que el régimen del emperador japonés Hiroito estaba basado en la represión, una dictadura que perseguía y asesinaba a la disidencia
Destaca en 'House of Cards' el retrato de los amiguismos, el vil metal, las drogas y el alcohol. La serie explora la ambición desmedida y la falta de escrúpulos que erosionan las instituciones y a las personas, lo mismo que en España. Frank Underwood a veces se dirige directamente al espectador en monólogos que desvelan sus pensamientos más oscuros, creando una complicidad que fascina porque es ficción mientras en España es la dura realidad.
Una serie que utiliza luces y sombras para reflejar la dualidad moral de sus personajes, y una banda sonora envolvente. A lo largo de sus seis temporadas, la serie aborda la corrupción, la manipulación mediática, las luchas de poder y la bajeza moral, sin ir más lejos la de Claire Underwood, en una pieza central de una narrativa que es nuestra Begoña, la que pagaba a las prostitutas.
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