Crítica de 'The Last Kingdom': 'Siete reyes deben morir', La última y definitiva traición a Uhtred, en forma de película

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'The Last Kingdom' adapta a la pantalla las novelas de la saga 'Crónicas Sajonas' de Bernard Cornwell, ambientadas en el contexto histórico del siglo IX en las islas británicas antes de la unificación de Inglaterra. Son tiempos turbios y los reinos sajones de Wessex, Northumbria, Mercia, y Anglia Oriental sufren constantes ataques e invasiones danesas. Allí, Uhtred de Bebbanburg, es capturado y secuestrado por los daneses, quienes lo criarán como uno de los suyos. A lo largo de la historia Uhtred tendrá que luchar, literalmente, por recuperar su identidad sajona y al mismo tiempo controlar y abrazar sus costumbres danesas. La serie tiene un alto valor de producción y será muy del gusto de los amantes del drama histórico, las batallas a espada y escudo, la sangre, la tragedia y la búsqueda de la propia identidad.

Durante cinco temporadas veremos desarrollarse décadas de una historia convulsa plagada de pactos, alianzas, traiciones, reyes, reinas y daneses sedientos de oro y tierra. Esta historia -la de la serie- se toma su tiempo y no tiene prisa. Tiene un ritmo ideal que permite disfrutar de tramas profundas y elaboradas que no se limitan a llevar al personaje de aquí a allá para meterlo en problemas. Él es el problema en realidad. Sajón de nacimiento, danés de adopción y al mismo tiempo rechazado como traidor por ambas culturas.

Aquí radica el problema de terminar una serie de cinco temporadas y cuarenta y seis capítulos con una película de hora y media: el ritmo no casa. La película, titulada 'Siete reyes deben morir' es una película correcta y bien producida. Pero es una película apresurada, inquieta y que quiere hacer demasiado en muy poco tiempo. Quienes hemos pasado varios años de nuestra vida acompañando, llorando y sangrando al lado de Uhtred, hicimos su objetivo de reconquistar Bebbanburg nuestro. Nos iba la vida en ello y hemos sufrido en nuestras carnes cada legua que avanzó y cada legua que retrocedió. Invertir tantas horas de nuestro tiempo en algo tan laborioso y satisfactorio como la serie se ve tremendamente despreciado cuando en noventa minutos y de la mano de unos cuantos nuevos personajes con quien no tenemos conexión, se resuelve una historia que ocupa décadas.

Asumo que al igual que le pasó a 'Juego de Tronos' la serie empezó a adelantar a las novelas y tuvo que tirar de inventiva. Pero los espectadores, los fieles escuderos de Uhtred al otro lado de la pantalla, no teníamos prisa ninguna. Estábamos encantados esperando y de nuevo la impaciencia de Netflix por tener la máquina de salchichas siempre en funcionamiento nos ha traicionado como tantas veces fue traicionado el gran Uhtred de Bebbanburg.