La ventana indiscreta
'The Bear': Oxitocina, epidural y tu madre
Se olvida Carmy que cada persona cuenta casi más que cada segundo, y que a veces solo se gana cuando gana el otro y no uno mismo
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Lo peor que le pasa a Carmy no es que viva una vida de mierda sino que es incapaz de salir a vivir sin soltar la mierda que le impide dormir y pedir perdón, mirar a los ojos o no reventar los nudillos contra neveras. « ... Tienes un palo metido por el culo», le dice su tío. O una pértiga, en términos olímpicos. Se lo dice medio en broma, pero hasta eso le cuesta un mundo al chef de 'The Bear'. Para vivir entre fogones, tiene menos estómago que el juez Jordi de 'MasterChef'. Tiembla, suda y, literalmente, no levanta la cabeza. Hasta la persona más infeliz del mundo es capaz de sonreír, aunque sea un instante. Disfrutar, qué sé yo, de un segundo de respiro, sobre todo si cada segundo cuenta. Los gallegos, por ejemplo, somos felices aunque los 'fodechinchos' recalifiquen las playas con parcelas del Decathlon.
Pero no Carmy, que es introvertido, pura tensión, ansiedad, un amasijo de nervios. Empacha y repite, imperdonable en una ficción sobre alta cocina. Por eso el creador lo dosifica, le quita tiempo en pantalla. Por eso intercala recuerdos y momentos en su mente quebrada. Porque la gente, y sus historias, cuentan más que los segundos y también hacen que Carmy, aunque él lo olvide, importe.
«Tú ganas cuando el otro gana», reconocía Brad Pitt en una entrevista de 'GQ' junto a George Clooney. Y lo sabían también Paul Newman y Gregory Peck, a quienes citan, que no dejaron que su ego socavara el talento amateur de Robert Redford y Audrey Hepburn.
Claro que le pasa a la serie un poco lo que le pasa al personaje de Jeremy Allen White: no puede dejar de ser ella misma, aunque escueza. Aunque los gritos acallen las carcajadas, aunque sea un drama vestido de comedia. La ves buscando alivio para darse de bruces con el desasosiego. ¿Acaso no es eso un poco la vida? ¿Perseguir lo que no necesitas mientras pasas de largo lo que tienes delante y te llena? Sugar se puso de parto yendo a por servilletas para el restaurante de su hermano, pero Carmy no estaba. Sí DeeDee, inconmensurable de nuevo Jamie Lee Curtis en la joya de la temporada. Al final, alumbra una nueva vida abrazando todo aquello de lo que renegaba. Un poco como Ancelotti con Endrick y Brahim, pero con oxitocina, epidural y su madre, que casi parece un remanso de paz comparada con la de Sofía Suescun.
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