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OPINIÓN

Sí, sigo enganchada a «Anatomía de Grey»

Doce años después de su debut en televisión, permanezco fiel al culebrón en el que se ha convertido la vida de Meredith

TANIA CALAHORRA

Trece temporadas en antena, la confirmación de la décimo cuarta y no podemos más que agradecer a ABC y Shonda Rhimes que sigan confiando en un drama que consigue quitarnos la respiración episodio tras episodio. Sí, soy fiel seguidora de «Anatomía de Grey» y lo soy porque ningún otro drama televisivo ha conseguido mantenerme pendiente de sus tragedias, sus relaciones amorosas fallidas y sus "catastróficas desdichas" semana tras semana. Incluso cuando un personaje principal es torturado hasta la muerte provocándome las lágrimas, consigo reponerme y sigo demandando más, como si estuviera enganchada al drama intenso que desprende cada escena que se desarrolla en el Grey-Sloan Memorial Hospital.

Posiblemente, «Anatomía de Grey» sea el mejor culebrón que haya alumbrado la televisión estadounidense en las últimas décadas o puede que mi "guilty pleasure" me haya arrastrado a la locura y la falta de critero. Pero, lo cierto es que sus tramas se mantienen trece temporadas después y, aunque resulte inverosimil que una persona pase en la vida real por tantas desgracias como Meredith, tengo tan asumido que su días transucurren entre la desdicha más absoluta que todo, por muy disparatado que pueda llegar a ser, me encaja.

Ningún personaje es imprescindible

Muchas ficciones pierden fuerza cuando uno de sus actores principales abandona la producción, pero no es el caso de «Anatomía». La marcha de los protagonistas en ocasiones nos ha hecho pensar que será letal para la trama del drama médico , pero lo cierto es que conseguimos olvidarles rápidamente seducidos por nuevos personajes que nos atrapan por completo. Desde que «Anatomía de Grey» debutara en televisión en 2005, numerosos actores han pasado por sus escenas. Algunos permanecen, otros han ido desapareciendo y, sin darnos cuenta, hemos ido incorporándolos a nuestras vidas, casi sin echar de menos a quien ya no está en la plantilla del hospital. Porque si algo ha demostrado este drama médico es que ningún personaje es imprescindible.

Vivimos enganchados a «Anatomía de Grey», maravillados con su banda sonora que consigue envolverte, seducidos por sus reflexiones al inicio y el final del episodio. Tan hondo calan las palabras de Meredith, que llenamos las redes sociales con sus frases, convirtiendo en propias las vivencias de una cirujana que ha experimentado un sinfín de situaciones de toda índole encerrada en un hospital.

¿Cuántas historias de amor han nacido en el ascensor del hospital de Seattle? ¿Cuántos tórridos encuentros han tenido lugar en su áreas de descanso? ¿Cuántos pacientes han muerto en sus mesas de quirófano? ¿Cuántas catástrofes naturales han hecho temblar los cimientos del centro médico? ¿Cuántas desgracias han pasado su protagonista? No importa, porque vamos a seguir queriendo más, temporada tras temporada.

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