El culto a la idiotez

La culpa, en parte, es de las cabezas pensantes, tan faltas de ideas como empeñadas en consentirle al espectador cada capricho. Pasó con ‘Juego de tronos’, sometida a la audiencia hasta pervertir su esencia, y ahora sufre sus achaques ‘The Mandalorian’ , perdida su originalidad entre tanta pleitesía.

Qué poco se aprendió de aquel Nuevo Hollywood que hizo historia, y taquilla, rompiendo con lo que deseaba el público en los setenta. Pero nada, seguimos con la inagotable moda de la nostalgia y de su más extravagante disfraz, el de los reinicios. Como el de Spiderman, que en dos décadas se reencarnó en tres actores distintos, y ahora ‘Crepúsculo’ o Harry Potter, que seguirá siendo el niño que sobrevivió toda la vida. En una serie, pero en bucle.

Warner acude a una de sus vacas sagradas en un desesperado intento de levantar el vuelo tras varias caídas, pero se conforma con adaptar a la cultura ‘woke’ las aventuras que triunfaron en papel y en película. Se esperan cambios de sexo, raza y sensibilidad entre los personajes, pero poco más en una historia todavía muy vigente, inclusiva cuando serlo ni siquiera era lo políticamente correcto. Pierden la oportunidad de explorar nuevos escenarios, de ser inconformistas. Mejor hacer las cosas de cara a la galería, porque la integridad solo es válida cuando no hay negocio de por medio.

Para la serie le han levantado el castigo, porque la necesitan, a J.K. Rowling, de la que se prescindió el año pasado en el reencuentro por el aniversario, defenestrada por dar su opinión sobre la polémica trans. De nada sirvió para no cancelarla que la escritora fuera víctima de maltrato, acoso sexual y también feminista. Matarás al padre, nunca al hijo . Ya está todo inventado, todo sea por los reinicios.