Crítica de «Señoras del (h)AMPA»: misma perra con distinto collar

La escena con la que abre esta segunda temporada es un recordatorio de por qué la ficción de Telecinco , producida por Mandarina, se convirtió en 2019 en una sorpresa de la ficción española. A Mayte ( Toni Acosta , en su salsa como cabecilla choni ), abonada al Tinder y al Satisfyer tras dejarse de tonterías con su exmarido Gregorio ( Fernando Coronado , cuota «papi chulo»), le pregunta su nueva cita a qué se dedica y ella fantasea con confesarle que es asesina y liarse a tiros en el restaurante. «Soy administrativa». Este elemento fantástico ya estaba en su primer año con Elvira ( Marta Belenguer ), primera víctima de las bandidas, que después regresa como fantasma «tocapelotas», pero con quien acaban haciendo las paces. Su principal «vengadora», Anabel ( Ainhoa Santamaría ), que encima bebía los vientos por ella, es ahora la quinta espadachina y hasta ha cambiado de pareja de baile ( Arlette Torres , también en «HIT» ).

Que Carmona, todavía en chándal, esté en los márgenes de esta secuela, ha hecho que el nuevo equipo de guionistas ( Juan Flahn, Adela Gutiérrez , Miguel Morán y Paloma Rando ) se haya sacado nuevas amenazas; la primera, y más mortal, es una suerte de «hombre de látex» que quiere matar, por venganza, a las protagonistas. Más de alguno o alguna las tiene ganas, ¡como para no! La segunda es una novela sobre los eventos de la primera temporada escrita por un mindundi tras haberse acostado con la correveidile de Juani ( Maite Sandoval , también en «Veneno» ); un giro quijotesco que permite comentar con sorna la jugada del primer año, cuyos trece primeros episodios escribieron mano a mano sus dos creadores. Otra amenaza es la personificada por Pilar Castro («Vivir sin permiso»), una Ana Rosa con gusto por el abrigazo y el Bitter Kas, en busca de «carnaza» para recuperar su sitio como reina de la medianoche televisiva; impagable ese momento en que una cajera le pregunta si es Emma García o Toñi Moreno ... Aunque la verdadera amenaza de las protagonistas son ellas mismas, que se meten en cada tinglao ya por voluntad propia tras haber montado un hogar para mujeres que buscan justicia, pero también un respiro.

Las referencias pop, con el «Hola» a la derecha y el «Sálvame» a la izquierda, siguen siendo marca de la casa. Carlota Corredera vuelve a aparecer, esta vez en acción («¡Otoño mágico en Telecinco!»), y se menciona en los jugosos y retorcidos diálogos a viejas glorias como Aída Nízar , Jaime Bores o Pitita Ridruejo ; esta última protagoniza involuntariamente una de las escenas más emotivas de los nuevos episodios. Y si Carmona demostró en la primera temporada que veía «Fama, ¡a bailar!» ( «Eres un estorbo para mi vista, chao» ); en esta segunda hace suyo el «¡Idiomas, querida!» de Aramís Fuster en un «Deluxe». Todo queda en casa-Telecinco.

El nivel interpretativo sigue siendo uno de los puntales de «Señoras». Con Gloria Muñoz en el banquillo, Carmen Balagué es la «robaescenas» oficial de esta secuela en un entrañable tándem con la deslenguada Asun ( Ana Mencía ), pero es Malena Alterio quien vuelve a destacar, sobre todo en las escenas que comparte con su marido policía en la ficción, Alfonso Lara , que, una vez descubierto el pastel, hace de perro guardián de estas malhechoras. Es él quien se preocupa por la casa y los niños. Y, de nuevo, con tanto tiempo para esparcir el suspense, la serie juega la carta del drama costumbrista, recordatorio de aquella «Mujeres» , producida por los Almodóvar. Ejemplo de ello es la aparentemente previsible trama que protagoniza la hija adolescente de Mayte, Arancha ( Marina de Miguel ) que sirve, además, para dar cancha al luminoso personaje de Manoli ( Lorena López ), «la otra» mujer de su padre.

Los siete episodios de la segunda temporada de «Señoras del (h)AMPA» ya están disponibles en Amazon; la primera, también.