El calvario de Patricia Aguilar al ser captada por una secta
'548 días: captada por una secta' es la nueva docuserie de Disney+ que relata la historia de la joven española y la lucha de su familia por salvarla
Entrevista a Patricia Aguilar, captada por una secta sexual
Clara Mollá Pagán
Madrid
«Me llamo Patricia Aguilar, tengo 19 años y dicen que he estado en una secta, pero yo creo que no». Así comenzaba la joven española el relato de su historia en un libro que ahora toma forma de documental en Disney+ bajo el ... nombre '548 días; captada por una secta', dirigido por Olmo Figueredo y José Ortuño. Dividido en tres capítulos, la joven relata cómo accedió a conversar con el líder de la secta, la búsqueda incansable de sus padres tras desaparecer repentinamente y el viaje de vuelta después de más de un año. «Nos interesaba mucho más contar lo que es la fuerza de la familia que el morbo sexual o espiritual de la historia», asegura Ortuño.
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Patricia, quebrada por la pérdida de su tío, buscaba información sobre la vida más allá de la muerte y allí encontró a un miembro de la secta Gnosis que le prometía una respuesta a sus preguntas y una vida mejor. La joven, abducida por la teoría sobre un apocalípsis para el que había sido elegida, planeó muy bien un huida de Elche y se desplazó hasta Perú con 18 años recién cumplidos. Allí comenzó su calvario. También para sus padres, que en cuestión de dos semanas tuvieron que asumir la desaparición de su hija, descubrir la doble vida que llevaba y prepararse para una presión mediática llena de rumores. Su historia sacudió los programas televisivos e incluso intervino en más de uno para explicar que no había sido captada por una secta, sino que había huido por cuenta propia tras una situación familiar conflictiva. Lo peor estaba por llegar: una desnutrición severa y un maltrato inhumano por parte de su 'marido'. Allí se quedó embarazada y creyó que el parto sería el final de su vida. «Sola en la selva, sin comida y con cuatro niños alrededor, me puse de parto y pensé: 'Ya está, aquí me muero'», asegura Patricia en el documental. Lo que ella no sabía es que su padre emprendería meses después un viaje, con la ayuda de la policía peruana, para traerla de vuelta a casa.
Cuando Patricia regresó a España todavía no estaba desprogramada. Necesitó la ayuda de un psicólogo especializado en sectas para volver a ser ella misma. En ese proceso, los directores se pusieron en contacto con la familia para hacer el documental. El proceso fue terapéutico aunque doloroso, tras recordar todo lo vivido allí. «Hablar de lo que has vivido puede ayudar a muchos otros a que no caigan en tus mismos errores», asegura Ortuño. La evolución de Patricia durante las grabaciones fue sorprendente. La joven, que no era receptiva en las entrevistas, poco a poco se abrió e incluso aportó cosas nuevas que no estaban dentro del guion. «Hace poco se apuntó a un curso de interpretación y ha estrenado una obra de teatro como protagonista. Perdió el miedo y entendió que durante cuatro años fue otra persona y que ahora quiere ser ella misma y, en todo caso, interpretar a otras personas», añade Figueredo.
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