«Sin tetas no hay paraíso» registra la peor cuota de audiencia de su historia

«Sin tetas no hay paraíso» registra la peor cuota de audiencia de su historia

La tercera temporada de «Sin tetas no hay paraíso» empezó con un rotundo éxito cosechando un 20,9% -3.339.000 espectadores- pero, tras cuatro emisiones, parece decaer. «Sin tetas no hay paraíso» ha registrado en su cuarto capítulo su mínimo histórico de ... la temporada y de toda la trayectoria de la ficción. Con un 15,3% -2.756.000 espectadores- , la audiencia no parece engancharse a esta nueva etapa de la producción de Grundy. Habrá que esperar a que la trama avance un poco más para comprobar si el público vuelve a quedar prendado de la serie o si, por el contrario, los días de éxito de «Sin tetas...» son cosa del pasado.

Después de cuatro años en la cárcel, Catalina -Amaia Salamanca- queda libre tras llegar a un acuerdo con un policía. La joven se ha ido a vivir con Jessica -María Castro- y trabaja como camarera en el Ginger, el afamado local nocturno de la pelirroja. Pero detrás de esta apariencia de normalidad, tiene una misión muy importante a la par que arriesgada: desenmascarar el verdadero negocio -drogas y prostitución- que se oculta tras la inocente discoteca.

La historia se repite

A medida que pasan los capítulos, Cata se consolida como topo de la policía al mismo tiempo que intenta superar la muerte de Rafa -Miguel Ángel Silvestre-. Para sustituir al gran amor de la joven, está temporada han aparecido dos nuevos galanes que harán las veces de «El Duque»: el inspector Martín La Roca - Manolo Cardona- y el narcotraficante mejicano Guillermo «Bebe» Mejía -Juan Alfonso Baptista «Gato»-.

Con Miguel Ángel Silvestre fuera de combate, la historia se repite . Los dos nuevos guapos quedan prendados de Catalina, algo que no sienta demasiado bien a Jessica. La pelirroja mantiene una relación laboral con Mejía pero con La Roca va mucho más allá. Aunque se niega a reconocerlo -como en su día también hizo con «El Duque»-, donde dice sexo quiere decir amor y la muchacha se niega a volver a pasar por lo mismo. «Ya he vivido esta historia y no me gusta nada como termina, así que adelante con Catalina. No voy a ser un obstáculo», confesó al inspector.

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