Mark Muir, un joven ingeniero naval que vive en Nueva York, persuade al magnate estadounidense JP Morgan para que le deje trabajar en el proyecto más grande que el mundo ha visto: la construcción del RMS Titanic en el astillero de Harland & Wolff de Belfast.
Mark Muir es un ingeniero que llega a Belfast para ayudar en la construcción del Titanic. Mientras trabaja en el proyecto, se enamora de Sofia Silvestri, una inmigrante griega. Pronto, el trasatlántico y la bella Sofia se convertirán en fuentes de problemas para él.
Sofía se muestra encantada con Mark. Está segura de que es diferente a los otros directivos, parece estar realmente interesado en su causa, en su mundo y en ella misma. Emily advierte a Sofía de que debe tener cuidado porque el chico no forma parte de su mundo.
La muerte de Walter cambia la imagen política y social del movimiento obrero: lo que originalmente era un movimiento pacífico, ahora amenaza con convertirse en peligroso. Como consecuencia, el guía espiritual del movimiento obrero se ha visto obligado a dejar la ciudad.
Mark descubre que es padre de una niña fruto de una relación cuando vivía en Belfast. Él siempre pensó que la joven madre había muerto de tuberculosis, pero en cambio falleció mientras daba a luz. Al descubrir la verdad, el joven inicia la búsqueda de su hija.
Las tensiones entre clases siguen en aumento y el astillero está sobrecargado de trabajo tras el accidente del RMS Olympic. En un esfuerzo por evitar que el Titanic de sufra accidentes similares al Olympic, Mark afirma que sería conveniente construir un doble casco.
Sofía ha descubierto de repente algunas cosas importantes sobre el hombre que ama y Mark decide contarle su pasado. Asimismo, la situación de Mark parece mejorar, sobre todo cuando Morgan llega a la ciudad para presenciar el progreso en el Titanic.
Las elecciones generales se están acercando y los riesgos son muy altos. Los magnates tienen a su propio candidato, el sindicalista extremista Albert Hatton, gerente en una de las fábricas de Carlton. Además, Mark propone reforzar la parte frontal del Titanic.
El almirantazgo ha abierto una investigación sobre el accidente del Olympic. Pirrie, Andrews, Morgan y Mark acuden a Londres para participar en las obras. En esta ocasión, Mark se complace en ver a su viejo amigo Kitty convertido en una prometedora estrella.
Mark y Andrews buscan soluciones a los problemas de ingeniería y metalurgia de los buques que se están construyendo. Las cuchilladas que se abren en el casco del Olympic tras la tormenta son tales que sugieren una idea inquietante: el acero solo parece demasiado débil.
Mark sigue con esperanzas de localizar a su hija y poder conocerla. El sacerdote de su antigua parroquia encuentra un registro y descubre que la muchacha se llama Sarah, aunque en la dirección que figura no está, le dicen que la niña y su madre se fueron a Belfast.
Finalmente el Titanic zarpa en el último episodio de la serie. Los billetes han sido vendidos durante meses y ha llegado el gran momento. Como Morgan siempre había deseado, el viaje del Titanic será uno de los grandes acontecimientos de la historia.