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2019 Compartir
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Género:Comedia, Musical
Director:Danny Boyle
País: GB
color:Color
duracion:112 min.
RepartoFotosCuriosidadesCrítica
Información ofrecida pormediadata tv

Sinopsis

Tras tener un accidente de coche en extrañas circunstancias, un joven músico llamado Jack se despierta del golpe y descubre que todo el mundo ha olvidado los Beatles y su música, aparte de él....

Sinopsis completa

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Era cuestión de tiempo que Working Title Films buscara colaborar con el guionista Richard Curtis en un proyecto lleno de pasión que ha ido conquistando paulatinamente todos los canales de desarrollo del estudio. El productor Tim Bevan conoce a Curtis desde hace 30 años, y, desde las entregas de la saga Bridget Jones a Notting Hill, Love Actually y Un niño grande, todas las películas que Curtis ha escrito han sido producidas por la compañía que se ha convertido en sinónimo de cine británico.

«Uno de nuestros productores acudió a mí con una genialidad de Jack Barth, una historia sobre un músico que recuerda las canciones de Los Beatles en un mundo en el que los demás no parecen conocerlas», dice Richard Curtis. «Me entusiasmó la idea y, en ese momento, le dije que no quería leer ningún guion..., porque quería intentar escribirlo yo. Acabé escribiendo la película basada en esa noción tan sencilla y brillante. Total, que aunque la extraordinaria premisa es de Jack, el guion y la forma de la historia son míos».

Aunque Curtis es conocido por tomar el mando de los guiones que escribe, en esta ocasión se abstuvo. «Yo no pensaba dirigirla», nos confiesa. «Ni siquiera me planteé quién debía hacerlo, porque lo primero que hay que hacer es escribir un guion que merezca que alguien lo dirija. No obstante, cuando lo acabé, Danny Boyle fue la primera persona a la que pregunté». 

Curtis y Boyle ya se conocían de antes, porque el guionista había ayudado a este último con su ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres en 2012, cuando le pidieron crear una parodia de Carros de fuego con Rowan Atkinson. «Colaboramos en una pieza para los Juegos Olímpicos en la que trabajé con Rowan, creando una actuación para Mr. Bean», dice Curtis. «Fue genial que Danny quisiera algo divertido en mitad de la ceremonia de inauguración, porque no es algo muy común». 

Como la gracia de la parodia era sobre la infidelidad, una apuesta arriesgada para la ceremonia inaugural del mayor evento deportivo del mundo, suponía romper las tradiciones en más de un sentido. Con todo, se trata de un enfoque que define a Boyle como artista. «Danny siempre quiere más de todos los aspectos de una escena, y eso es apasionante», desvela Curtis. «Es un cineasta eufórico. No paraba de hablar de que Jürgen Klopp gestiona el equipo de fútbol del Liverpool con algo llamado ‘Gegenpressing’, que es presionar todo lo posible en el ataque, y asegura que eso es precisamente lo que él quiere siempre hacer».

¿Resultado? Seis años después de aquel triunfo olímpico, Curtis le envió a Boyle el guion de YESTERDAY, aunque sin muchas esperanzas de que este aceptara. «No me parecía muy probable en aquel momento», asegura Curtis, tanto por la apretada agenda de Boyle como por la naturaleza de la historia. «En cierto modo, Cuatro bodas y un funeral es la antítesis de Trainspotting, y viceversa». Pero, pese a las diferencias, ambos abrazan el carácter británico y tienen un eufórico final positivo y muy de cine. «Se puede interpretar de ambas formas», dice Curtis. «Como esperado o como inesperado». 

Para deleite de los interesados, Boyle aceptó encargarse de la dirección. «No es la típica historia de película», nos cuenta Bevan. «Llegar a ese punto cuesta mucho, pero en este caso fue bastante sencillo». 

Tal y como Boyle recuerda, Curtis le envió el guion sin desvelarle mucho del contenido. «Me lo leí de una sentada y le contesté de inmediato por correo electrónico con una frase contundente», dice Boyle. «Le dije que era una genialidad por derecho propio. Pero Richard me comentó: “Bueno, no exactamente. Está basado en una historia ya escrita que yo he reescrito”. En todo caso, fue una sorpresa maravillosa y una auténtica gozada de imaginar: la sencilla idea de que todo el mundo olvidara a Los Beatles, menos un cantautor de Suffolk que sobrevive como puede con su música».

En la asociación Boyle-Curtis, Bevan supo ver conexiones entre estos dos artistas tan aparentemente dispares. «Lo interesante de Richard y Danny es que ambos emergieron a finales de los 80 y principios de los 90, con Trainspotting y Cuatro bodas y un funeral», dice Bevan. «Ambos estrenaron películas británicas de gran éxito, y ambos tomaron la decisión de quedarse en Reino Unido para hacer carrera, en vez de poner rumbo a Hollywood. Entendieron que ese carácter cultural era un factor importante de su obra, y que es más fácil hacer un buen trabajo cuando estás tratando con tu propia cultura». 

«Ambos hicieron esas dos cosas», continúa Bevan. «Ambos tuvieron un gran éxito y revolucionaron el concepto de cine moderno británico porque decidieron quedarse en su país haciendo películas arraigadas en su cultura. Hablamos de películas británicas que dieron la vuelta al mundo y tuvieron un enorme éxito. Tiene cierta lógica que, en algún punto, estos dos profesionales trabajaran juntos y, como a ambos les encante la música, especialmente el pop, cabía pensar que colaborarían en un proyecto sobre música pop. Si sumamos a la ecuación las emblemáticas canciones de Los Beatles y el respaldo de Working Title, otra marca británica, el resultado es una interesante combinación de saber hacer cinematográfico y talento creativo, todo ello británico».

Pese a todo, antes de que Boyle decidiese poner su nombre a esta comedia romántica, tuvo que asegurarse de tener completa libertad para hacer la película que él quisiera. «Cuando Danny vino a vernos, nos pidió realizar una especie de audición, como si fuera un candidato más, lo que por supuesto era una idea absurda», dice Curtis. «Pero su intención era comprobar que las ideas que consideraba claves fueran aceptables para nosotros. Si no, no quería aceptar el proyecto. Por eso, nos presentó claramente la película que quería hacer». 

Bevan admira desde hace mucho tiempo la singularidad de Boyle como director. «Es una persona que dice que si otra persona puede dirigir una película en particular, no tiene sentido que se lo pidan a él», explica Bevan. «Imprime su ADN en cada uno de sus proyectos, y eso es bueno. Además, se rodea de gente normal y corriente, sin ínfulas de diva. Todos los responsables de departamento y su productor, Bernard Bellew, están dispuestos a trabajar duro. Les encanta lo que hacen y adoran a Boyle. Es un set muy democrático. Es el modo en que deberían hacerse las cosas y, tristemente, no se hacen a menudo. Es un soplo de aire totalmente fresco. Está claro que a Danny le apasiona hacer películas e involucrarse en cada detalle con sus jefes de departamento».

Cuando Boyle se subió al carro, le pidió a Curtis que cambiase aproximadamente un cuarto de su guion en curso, y una parte de lo que Curtis había escrito acabó totalmente modificado. «Escribir siempre es un proceso de cambio», dice Curtis. «Para cuando está editado, acabas eliminando 25 páginas por completo, así que no soy muy tiquismiquis con el tema. Fue todo para bien. Jack está contando una mentira a lo largo de casi toda la historia, y ¿cómo se expresa eso? Yo había insistido varias veces en que él se sentía muy culpable, y Danny me dijo que esa insistencia era difícil de mantener; ¡hay un límite respecto al número de veces que puedes centrarte en la cara del personaje para que veamos lo culpable que se siente! Se le ocurrió la idea de meterlo en una pesadilla en la que todos sus peores sueños se hacían realidad, así que ahora hay una escena donde visualizamos con eso la culpabilidad de Jack, en vez de limitarnos a verlo a él poniendo cara de circunstancias. Es una escena bastante contundente. Fueron cambios de ese tipo, para hacer la película más visual, más emocionante y mejor».

Boyle estaba encantado con la colaboración con Curtis para cuando terminaron de dar forma a la película. «Siempre he considerado a Richard el poeta aclamado del romance y la comedia de Gran Bretaña», dice Boyle. «Me fascina su devoción a la intersección entre romance y comedia. Hace tiempo hice un par de películas, Tumba abierta y Trainspotting, que contaban con un presupuesto muy bajo, pero que fueron muy bien en taquilla, y todo el mundo se lanzó a llamar a nuestra puerta insistentemente para preguntarnos qué íbamos a hacer a continuación. Para decirnos que hiciésemos esto y aquello. Y yo me salí por la tangente e hice lo que yo consideraba una comedia romántica, Una historia diferente, de la que estoy muy orgulloso. Pero cuando volvimos tras el rodaje, antes de montarla, recuerdo leer el guion de Richard de Notting Hill. Y pensé: “Esto sí que es una comedia romántica en su sentido más estricto”. Ha sido genial formar parte del proceso de trabajar en un guion como este firmado por él, y mostrar un romance totalmente sincero que realmente cree en el amor. Creer en Los Beatles es creer en el amor. Y nadie puede acusar a Richard de no creer». 

Con Boyle en la silla del director, era el momento de encontrar casa para YESTERDAY; un estudio que no solo apoyase a los cineastas en su camino, sino que confiara en su instinto. Sobre el papel, la película, sin estrellas que garantizasen su éxito en taquilla, suponía enormes riesgos para un estudio grande. 

Cuando Curtis y Bevan presentaron la idea a los responsables de Universal, provocaron más de una ceja levantada entre los ejecutivos del estudio. «Es una historia bastante loca», dice Bevan. Pero los ejecutivos se mostraron dispuestos a dar el salto por los cineastas involucrados. «Dijeron que si alguien podía hacer que la idea funcionase, eran Richard y Danny. A la hora de lidiar con los estudios, o con algún respaldo de la industria estadounidense, algo que todos entienden es la escasez de buenos directores. Si consigues a un director de renombre, el resto de los problemas tienden a disiparse». 

Boyle se mostró entusiasmado con que la idea arraigase en el lugar correcto. «Ser parte de la asociación The Working Title/Universal, que es la única posibilidad de producción que tenemos realmente en Gran Bretaña, nos confirió seguridad a la hora de planificar la película y meternos ya de lleno en el proyecto», dice Boyle. «Sabíamos que era una apuesta segura; iba a estar bien financiada y nos dejarían hacer la película que queríamos. Ha sido un proceso fabuloso en cada una de las etapas».

Para Boyle, Curtis y el resto de cineastas, el principal y constante objetivo con YESTERDAY era fusionar la verdad emocional de la música de Los Beatles con una historia de amor a la altura de esas canciones. «Alguien mencionó algo sobre el número de veces que aparece la palabra “amor” en las canciones de Los Beatles en comparación con la Biblia», dice Boyle. «Los temas de Los Beatles ganan por goleada. Espero que eso sea lo que la gente saque de la película: que es una historia de amor. Así que ¿qué mejor que acudir a Los Beatles para una historia así de romántica? Es una historia de amor por partida doble. Amor por esta música, que ya forma parte de la cultura mundial, y una inesperada y preciosa historia de amor que se desarrolla a su compás y que aprovecha el arco de la trama, haciéndonos vivir una auténtica montaña rusa de emociones».

Es también una película sobre posibilidades ilimitadas; la idea de que, incluso cuando algo se ha perdido, siempre se puede recuperar. Para Boyle, la música de Los Beatles representa ese momento clave en el que el mundo emergió de una guerra de medio siglo y renació de sus cenizas. «El eje del mundo realmente cambió cuando se le otorgó a la gente poder para expresar sus instintos sobre el arte, el amor y la poesía», dice Boyle. «Todos esos ingredientes que pueden contener esas canciones cambiaron el mundo radicalmente a fuerza de movimiento... hacia la sensibilidad adolescente y de la gloria del pop. La gente decidió decir sí a la vida. Y todo por esos cuatro tipos».

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Sinopsis completa - ¡Puede contener spoilers!

Jack es un músico que a duras penas consigue ganar algo de dinero en fiestas de cumpleaños infantiles. Un día, un misterioso apagón que ocurre en todo el mundo hace que tenga un accidente de coche, y tras despertarse, descubre que las cosas han cambiado: nadie se acuerda de los Beatles. Bajo la creencia que las canciones que canta son sus propias composiciones, Jack se convierte de la noche a la mañana en el músico más famoso del mundo. En esta comedia musical que rinde homenaje a la gran carrera musical del grupo británico The Beatles, el actor británico Himesh Patel da el salto a la gran pantalla con “Yesterday”, tras haber hecho carrera en la televisión con series tan queridas por el público del Reino Unido como “Gente de barrio”. Lo hace bajo la supervisión del ya veterano del cine Danny Boyle, director galardonado con un Óscar por su película “Slumdog Millionaire” en 2009. Las estrellas que acompañan al protagonista son la cubana Ana de Armas (“El internado”, “Blade Runner 2049”) y Lily James (“Mamma Mia! Una y otra vez”, “Baby Driver”). También aparecen otras caras conocidas como el actor y comediante James Corden y el músico Ed Sheeran, interpretándose a ellos mismos.

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