'El Pingüino'

La serie, creada por Lauren LeFranc y producida por Warner Bros, nos sitúa después de los eventos de la serie 'Gotham', y cuenta la vida de Cobblepot mientras navega por los turbulentos caminos del crimen organizado en la ciudad. Nunca he sido muy partidario del actor Colin Farrell, pero aquí borda la complejidad del personaje creando un papel tan físico como mental; de hecho, no se le distingue.

Uno de los aspectos más logrados de 'El Pingüino' es la perspectiva de la narrativa, que se centra en las hazañas criminales de Cobblepot y ahonda en sus relaciones personales y su pelea ciega por el poder en una ciudad construida desde la corrupción y la violencia, lo que permite al espectador conectar con sus dilemas, solucionados a menudo por una madre malvada que tendrá su merecido. Según se desarrollan las tramas, los aliados y enemigos de Cobblepot, villano de una inteligencia privilegiada, empujan una serie rica y poliédrica.

La puesta en escena resulta ser un banquete para los amantes del cine y la televisión. La estética oscura y milimétrica forma un todo con el diseño de producción que abarca la oscuridad de Gotham. La dirección, los decorados y la fotografía han sido cuidadosamente elegidos, y aciertan de pleno en el discurso.

Destaca en 'El Pingüino' que el criminal, mientras asciende, acusa a sus jefes de ser las élites mientras les recuerda a sus aliados que son obreros sin derechos, un discurso acorde con los tiempos extraños que vivimos, pero para falsear la realidad