Muchos actores y pocos Oscar

La renovación más evidente pasa por modernizarse, virando hacia el reconocimiento de otro tipo de producciones, sobre todo populares como la inclusión de «Black Panther», integrando a colectivos antaño ninguneados y, sobre todo, politizando lo que en principio se concibió como una fiesta cultural con la élite de Hollywood. Básicamente, pasa por salvar las distancias con un pasado en el que además de una referencia, la ceremonia de los Oscar era también un evento de pegada entre la audiencia.

Entre tanto cambalache, finalmente la Academia de Hollywood está consiguiendo romper con la tradición, renovando los reconocimientos, que ya no recaen en actores tan omnipresentes.

No está Meryl Streep , candidata siempre hasta por toser porque hasta tales eventualidades las hace con personalidad. La ausencia de pesos pesados de la actuación no dilapida, sin embargo, el interés por ver quién recibe finalmente el Oscar , sino que lo aviva, entrando en juego más factores que los de las cuentas pendientes. Y, lejos de perder fuelle, las categorías siguen igual de disputadas, eso sí, entre debutantes en los Oscar.

De la veintena de nombres que optan a la estatuilla, quince no tienen ningún Oscar . Si bien es cierto que más de la mitad, un 55% por ciento de los candidatos, sí han conseguido con anterioridad alguna nominación a estos premios, solo Christian Bale, Sam Rockwell, Mahershala Ali, Rachel Weisz y Emma Stone se la han llevado.

El dato más llamativo es el de las mujeres. Del quinteto de nominadas al Oscar a mejor actriz, ninguna ha recibido el premio en otra ocasión aun siendo Yalitza Aparicio la primera debutante en la gran pantalla y Glenn Close, una veterana de dilatada carrera. De las secundarias, el número se reduce a tres, aunque Amy Adams atesora ya en su particular palmarés seis candidaturas sin premio . Por su parte, entre ambas categorías suman dos docenas de nominaciones, una más que sus homólogos varones.