Karla Sofía Gascón, ante su nominación al Oscar a Mejor Actriz: «La he recibido entre amenazas y vejaciones»

Vive Karla Sofía Gascón en una montaña rusa. Alegrías inmensas, tristezas pasajeras; carcajadas amplísimas, lamentos como bombas. Las primeras se las dan, claro, todas las cosas buenas que le han pasado desde que salió del casi anonimato a ganar en Cannes y lograr nominaciones en todos los premios del mundo por una película, 'Emilia Pérez', que se ha convertido en la cinta extranjera con más nominaciones en 97 ediciones de los premios Oscar. Alegrías que le han llevado a hacerse amiga de Demi Moore, a que actores y directores prestigiosos le «hagan la ola» en público y privado; que ministros y políticos le escriban mensajes de apoyo. Las malas le han llegado al tiempo que las buenas, pero por gente que ella califica como «retrógradas o con poca capacidad mental». «Son gente que están en contra de la libertad y del respeto, del cariño, del amor y de una sociedad justa e igualitaria». Porque, confiesa Karla Sofía Gascón, «La nominación al Oscar la he recibido entre insultos, amenazas de todo tipo y vejaciones».

Desde Uruguay, donde sigue la promoción de 'Emilia Pérez' camino a la gala de los Oscar del domingo 2 de marzo, la actriz de Alcobendas habló antes de viajar a Londres, Berlín, Santa Mónica y Los Ángeles. Lo dice como una retahíla a medio camino entre la emoción y el cansancio. «No sé de dónde saco energía si ya ni como, ni duermo ni bebo», asegura una estrella emergente que, a sus 52 años, lleva en una gira permanente desde que ganara en Cannes el premio a mejor actriz junto a sus compañeras de reparto, Zoe Saldaña y Selena Gómez.

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Pero entre en esa vorágine, cada vez que entra en redes tiene que leer comentarios que califica de «horrorosos». Como una amenaza de muerte que decía que, cuando encontraran sus huesos, se vería que eran los de un hombre. «Yo les pido a los que están así que me demuestren que yo no soy una actriz que no merece este reconocimiento. Por mucho que me digan que yo hace 20 años iba vestido de hombre... La ciencia avanza y ya no es la biología que nos enseñaron en parvulitos. Estamos retrocediendo constantemente en derechos humanos y no es normal que me sienta en un 'apartheid' como si yo fuera culpable de todos los males de este mundo, desde que no haya trabajo hasta que no crezcan flores en el campo».

Porque la actriz huye de estereotipos, por mucho que traten de encasillarla unos y otros. Porque si algo repite constantemente Karla Sofía Gascón es que, pese a vivir bajo el mundo de los representantes de prensa y de una multinacional hipercontroladora como Netflix, ella hace y dice lo que le da la gana, aunque no le guste ni a los que ella llama «retrógrados» ni a los que ella define como «autorrepresentantes de colectivos LGTB y personas trans». Porque a un lado y otro le han atacado. «Pero yo nunca me he metido en política... Y, por ejemplo, me han escrito gente de la política para apoyarme, y tenemos que estar abiertos a que pese a que no tengamos los mismo ideales celebremos los logros de todas las personas».

Porque Karla Sofía Gascón tampoco quiere erigirse como representante del colectivo 'trans'. Porque, asegura' es mucho más que eso. «Yo hablo por mí misma. Si con mis palabras puedo ayudar a una sola persona a que sea respetada, me alegraré infinitamente. Pero me da rabia que hay mucha gente en los colectivos, da igual el que sea, que se apropian la palabra de todos los de ese grupo. Gente que habla por todas las personas trans, por todas las personas de México. Y lo dicen sin cortarse. Me dicen que las personas trans tienen que hacer... Iros a cagar todos. Estoy harta de esta gente que se cree con la potestad de la palabra. Tú tienes tu opinión, yo la mía, pero tú no eres quién para decir que me representas a mí», remató la intérprete, a la que «representantes» muy politizados a la izquierda la han atacado por no encajar en el perfil de 'trans' que ellos han decidido.

Ella opta por la libertad: «Es que hay gente que quiere controlar los cuerpos de los demás porque así controlan sus mentes. Yo no quiero decir a nadie que haga una cosa u otra, que cada uno se acueste y se vista y sea como quiera mientras no haga daño a nadie. Son cosas de lógica», remata, para decir, después de varias preguntas, que no sabe «por qué si estoy nominada al Oscar tengo que hablar de unos temas como si me hubieran elegido para estar en el Congreso de los Diputados. Yo no tengo que defender a un colectivo que a mí no me ha dado potestad para ser su portavoz», sentenció.

Cuando habla de cine, también se sale de la norma. Porque no se corta. Ella quiere el premio Oscar. A diferencia de otros «falsos» que dicen que no les importa que gane otro, ella se lo quiere llevar a Alcobendas. «La nominación de ayer es el colofón, pero obvio que quiero ganar porque mi actuación es increíble. Me dijeron el otro día que no tenía abuela. Me hizo gracia... Porque reconozco cuando hago algo mal, y también cuando lo he hecho bien. Mi éxito de ahora es mi fracaso anterior porque antes y ahora digo y hago lo que quiero, no me dejo manipular. Y antes era mi fracaso porque no entraba a hacer lo que me pidieran y ahora [que le ha llegado el éxito] no voy a dejar de hacer lo que quiero por agradar», sentencia, antes de rematar: «En Hollywood están acostumbrados a que se comporten como se tienen que comportar, y yo la verdad es que me importa tres pimientos... ¡Ay! Ya la he liado, me dijeron los RRPP que no dijera esto».