Quién es Juan Mariné, premio Goya de Honor: sus trabajos en el cine y la enfermedad que marcó su carrera

El resto es Historia del Cine cuando su tío, mecánico, le pidió que llevara una cámara a los estudios Orphea. El cine ya era sonoro. Era 1935. 14 años tenía. La segunda ocasión en que Juan Mariné estuvo al borde de la muerte, por culpa del anisakis, fue con 70 años. Sucedió durante el rodaje de su última película como director de fotografía. 'La grieta' (1990). Ciencia ficción.

Entremedias, 'Día tras día', 'El capitán Veneno' (con Saritísima), 'Facultad de letras', 'La otra sombra', 'La llamada de África'. Mariné tocó todos los géneros. Durante los años cincuenta, sesenta y setenta, trabajó con cineastas de la época de la talla como Manuel Mur Oti, Antonio del Amo, José María Forqué, José Luis Sáenz de Heredia o Jesús Franco. También fue operador de cámara de un clásico como 'La gran familia' (con Pedro Masó también trabajó) e hizo casi todas las películas protagonizadas por Joselito. Hasta seis o siete largometrajes al año. Terminaba uno y empezaba otro. Había impedimentos, claro, como aquella ocasión en que el material enviado estaba hecho para rodar con niebla. Se 'peleaba' entonces con el laboratorio para el revelado.

Juan Mariné fue responsable de la primera película española en color, 'La gata' (1956). Él ponía el color y la luz a aquellas comedias, a aquellas películas policiacas, a Madrid, a las actrices. Para Teresa Gimpera (87), por ejemplo, tenía reservado un objetivo. Con Sara Montiel –y Fernando Fernán Gómez– hizo 'El capitán Veneno' (1950). El actor se quejaba de que ella saliera tan guapa y él tan feo. «Intervienen los colores, el peinado, la altura de la cámara, la perspectiva...», contó Juan Mariné a Yolanda Flores en Radio Nacional en 2015; una entrevista en la que él no paraba de hablar. «Hay que buscar siempre la máxima belleza. Hay que estudiar la cara que [uno] tiene delante, repartirlo en parcelas, ir estudiando los defectos en cada parcela y actuar de la manera más importante para mitigar las cosas que no son tan agradables y resaltar la belleza de la mujer», explicó.

Mariné, tras su última película como director de fotografía, se dedicó a la investigación, a la recuperación de negativos y a trabajar con la filmoteca española y en la Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid.